Los dos jóvenes de nacionalidades española y brasileña asesinados en Vigo, cuyos cadáveres han sido hallados por los bomberos esta mañana en un piso en el que se declaró un incendio, se movían en el ambiente de la noche y la Policía trabaja con varias hipótesis sobre el móvil del crimen.

Los cadáveres quemados de ambos jóvenes fueron encontrados por los bomberos sobre las 10.00 horas en un séptimo piso de la céntrica calle Oporto cuando acudieron a apagar un fuego en la vivienda. Una vez sofocado el incendio, los bomberos encontraron dos cadáveres en habitaciones "separadas" que estaban "maniatados, degollados y carbonizados" y además presentaban "numerosos cortes", según confirmó el sargento de los bomberos, Estanislao Durán. El joven brasileño, de nombre Julio, fue degollado y tenía las manos atadas a la espalda, mientras que el cuerpo del chico español presentaba varias heridas de arma blanca. Los cuerpos se encontraron en habitaciones distintas cubiertos con una manta en el piso que ambos jóvenes compartían en la séptima planta del número 12 de la calle Oporto. Los bomberos tuvieron que derribar la puerta para acceder al inmueble, ya que estaba cerrada y no presentaba signos de haber sido forzada, y localizaron tres focos intencionados del fuego y el gas abierto.

Las fuentes policiales consultadas calificaron de "violento" el asesinato de ambos jóvenes y relacionaron a las víctimas con el ambiente nocturno de Vigo. Tras intervenir en la extinción del incendio, el sargento de los bomberos, Estalisnao Durán, definió la escena que se encontraron al acceder a la vivienda como "muy escabrosa". Por su parte, la Policía Judicial continuaba a las 19.00 horas de hoy en el escenario del crimen recabando pruebas, mientras que los cadáveres fueron trasladados al Hospital Nicolás Peña para practicarles las autopsias y confirmar oficialmente las identidades de las víctimas. La Policía trabaja con varios móviles del crimen, pero las fuentes consultadas señalaron que "la investigación está bien encauzada" y aguardan una pronta resolución del homicidio y que se aclare "en el tiempo adecuado".

Ayer "hubo fiesta toda la noche" en la escena del crimen

El joven brasileño trabajaba como camarero en un local nocturno de la calle Urzaiz, mientras que el chico español había trabajado hasta hace poco en un restaurante de la ciudad, según confirmaron personas que se acercaron hasta el lugar de los hechos y que aseguraron ser amigos de las víctimas. Vecinos de las víctimas indicaron que no eran chicos conflictivos, aunque sí "hacían muchas fiestas" y del piso que compartían se veía "entrar y salir a mucha gente de diferentes nacionalidades". Al respecto, explicaron que "prácticamente todos los días había una fiesta y música" e incluso ayer mismo "hubo fiesta toda la noche y se oyeron golpes y música hasta altas horas de la madrugada".