El bajón en el número de corredores y espectadores con respecto al pasado fin de semana caracterizó el cuarto encierro de los Sanfermines, protagonizado por la siempre peligrosa ganadería gaditana de Cebada Gago. Habitualmente son toros agresivos y codiciosos y su historial en Pamplona está marcado por numerosas cornadas. Ayer los Cebada Gago hicieron una carrera muy rápida y limpia -tardaron dos minutos y medio en presentarse en el coso- y dejaron un herido por asta, un pamplonés cuyo pronóstico es grave, según fuentes hospitalarias.

Desde el principio se advertía la drástica rebaja en el número de corredores. La mayoría de los bravos, cuatro colorados, un castaño y uno negro, se colocaron por delante de los cabestros y subieron la estrecha Cuesta de Santo Domingo a gran velocidad y así hicieron el resto del recorrido; sólo un toro, un colorado de nombre 'Pensativo, marcado con el número 84, llegó algo retrasado y provocó mayor inquietud porque subió suelto por la Estafeta. No obstante, el burel no se distrajo excesivamente y llegó al ruedo poco después de que lo hicieran sus hermanos.

En la calle Mercaderes un pamplonés de 32 años, F. J. P. B., sufrió una herida por asta en la pierna izquierda. Pasó a quirófano en el hospital Virgen del Camino. Al mismo centro fue trasladado J. D. E., 21 años, de Madrid; recogido en el tramo de la plaza Consistorial, presentó traumatismo facial leve por caída.

En el hospital de Navarra continúa muy grave Ray Ducharmeque el domingo hubo de ser entubado por una complicación pulmonar. De 31 años, natural de Nueva York, sufre paraplejia por una lesión de columna cervical que se produjo durante la suelta de vaquillas el día de San Fermín.