El proyecto Guadalinfo pretende conseguir la alfabetización informática de la sociedad, haciendo especial hincapié en los sectores con mayores dificultades para acceder a este mundo y a internet, como son los mayores. Dada la poca predisposición de algunos de ellos o el miedo a lo desconocido los dinamizadores de este programa siempre están buscando alternativas para conseguir atraer a sus potenciales alumnos.

En esta línea encontramos la creación del portal informático Guadalinfo y Medio, un lugar donde los usuarios pueden conectarse desde los centros Guadalinfos para conocer y hacer amistades con gente de toda Andalucía.

El nombre es una mezcla entre la denominación del proyecto y el nombre del popular presentador de televisión, Juan y Medio, quien ha presentado su imagen desinteresadamente a esta iniciativa e incluso ha ayudado con la creación de anuncios y cuñas publicitarias. Además ha prometido que entre el 22 y el 25 de abril irán a su programa, Punto y Medio, representantes de esta primera caravana de Alcalá del Valle.

Según Antonio Rivera, dinamizador del grupo de Alcalá, «este tipo de iniciativas dirigidas a conocer gente de toda Andalucía está animando bastante a nuestros alumnos, es más en otros lugares y en nuestro propio Guadalinfo se está comprobando como el sector con mayores dificultades para decidir acercarse al conocimiento informático, el de los hombres de 45 años en adelante, se están animando para venir gracias a encuentros como este».

Los alumnos iniciaron sus contactos hace un tiempo vía internet, pero de ellos partió la idea de que sería agradable poder conocer en persona a sus ciberamigos con los que se relacionaban a través de las teclas y una pantalla del ordenador, lo comentaron a sus monitores y estos se pusieron manos a la obra.

De este modo unas 250 personas se inscribieron y finalmente unas 400 se dieron cita en el centro cívico alcalaíno. Autobuses llegaban de toda Andalucía, algunos con cinco horas de camino en las espaldas, y los mayores comenzaban a bajar con la medio sonrisa nerviosa en la cara. Alcalaínos y visitantes se iban reencontrando intentando conocer cuál era el aspecto físico de aquellos a los que las letras, los emails y el chateo ya habían presentado.

Ese era el caso de Francisco Aguilera, un alcalaíno que esperaba a una cubana que vive en Turre, Almería, Miriam Betancourt. Francisco se desesperaba a la vez que se hacía en nervios tratando de buscar a la cubana, sus caras todo sonrisas e ilusión cuando se encontraron, desde ese momento el alcalaíno no soltó del brazo a su visitante y fue el anfitrión perfecto durante la convivencia.

Otros visitantes no acudieron en los autobuses habilitados para ello sino que los de municipios cercanos prefirieron el coche. Pero además encontramos casos de gente que se hizo una gran cantidad de kilómetros en sus vehículos para venir a este encuentro. Juan y Lola, dos cordebeses se han hecho compañía en el coche de él. En un principio ellos no se conocían pero Lola no quería perderse la convivencia no tenía cómo venir, ahí entró en juego el galante cordobés que se dirigió a por la dama para acompañarla hasta la población serrana.

La sensación que se extendía, entre los platos de paella que degustaban, era la de estar recuperando parte de la juventud que en su momento, por circunstancias de la vida no pudieron vivir, además la ilusión y el nerviosismo acompañaban a una caravana que mientras el tiempo pasaba se iba haciendo más amena, al tiempo que las relaciones personale se iban afianzando.

Poco a poco se iban disipando las dudas de una generación a la que enseñaron a ser extremadamente pudorosa y que en un principio se encontraban nerviosos en este tipo de encuentros. Posteriormente todos aceptaron pasar un buen rato de convivencia y aprovechar para conocer a buenos amigos, al tiempo que, como decían el propio dinamizador, Antonio, «si podemos dar algunos pasitos para acabar con la soledad de las personas o alegrarles un poco sus vidas, bienvenidos serán».

El encuentro contó con la colaboración desinteresada de unos 25 voluntarios de la localidad serrana y de todas las localidades desde donde llegaron caravanas. También acudieron monitores de Guadalinfos que no aportaban autobuses de alumnos pero que venían a apoyar y ayudar a sus compañeros.

Entre el voluntariado destacaban una docena de niñas, de entre once y trece años, que parecía que habían conseguido contagiar de juventud a todos los asistentes.