El nombre del escritor valenciano Vicente Blasco Ibáñez (1867-1928) tiene especial relevancia en Jerez por ser el autor de la novela más famosa, con polémica incluida, sobre el mundo bodeguero jerezano, La bodega.

Esta obra, publicada en 1905, provocó un gran revuelo entre las clases altas de la ciudad, especialmente en una destacada familia que se vio reflejada en los personajes de ficción creados por Blasco Ibáñez. La reacción fue inmediata y drástica, cayendo sobre el escritor y su libro las iras de tan poderoso sector social y económico que llegó a adquirir las primeras ediciones para su destrucción intentando con ello que nadie, al menos en la zona, pudiera llegar a leerlo.

En cambio el pueblo de Jerez supo agradecer la buena intención del político republicano al denunciar la situación en que vivían las clases más desfavorecidas por la crisis que sufría la agricultura en aquel periodo de principios de siglo.

Pero para ello tuvieron que esperar la llegada de la II República para poder acceder a la lectura de La bodega con libertad, estrenar la versión cinematográfica que hizo Benito Perojo en 1929, rotular una céntrica calle con su nombre y embotellar vino de Jerez con una etiqueta que llevara impreso el rostro de tan famoso y popular personaje, tal como vemos en la imagen que acompaña a este artículo. La cooperativa Unión Vinícola fue la que le hizo tan singular homenaje.

Blasco Ibáñez llegó a conocer personalmente las duras condiciones en las que vivían los obreros vinculados con el trabajo de las viñas y las bodegas. En dos ocasiones visitó Jerez, en 1902 y en 1904. En ambas contó con el asesoramiento de una serie de correligionarios republicanos que jugaron un papel importante en la recopilación de datos como fueron el sindicalista Manuel Moreno Mendoza y el cirujano Fermín Aranda, entre otros.

De su segunda estancia se conserva aún en las bodegas de González Byass una bota firmada por el que era en aquel momento Diputado a Cortes, una gentileza digna de la liberalidad y cortesía distintiva de la familia González.

La bodega, a lo largo de estos años, ha contado con numerosas ediciones tanto en español como en otros idiomas. De ella podemos decir lo que el crítico de El Imparcial, Gómez Baquero, escribió en 1905: «Es La bodega una novela de combate.

Cruza por ella el soplo de rebelión que anima las mejores páginas modernas. Su espíritu puede tener y tendrá, seguro, muchos impugnadores; pero atendiendo la impresión artística hay que reconocer que es una obra hermosa, que impone y seduce».

Desde hace unos años Blasco Ibáñez cuenta con un vial público en la ciudad. Una iniciativa del Cine-Club Popular de Jerez, con la que se pretendía recuperar la que la dictadura de Franco eliminó del callejero jerezano en 1936.