Israel rechazó ayer una propuesta del primer ministro palestino, Ismael Hanniya, para restaurar la calma en Gaza y condicionó la salida del Ejército a la liberación inmediata del soldado Guilad Shalit, secuestrado desde hace semanas, y al final del lanzamiento de cohetes Qasam contra territorio de Israel por parte de los activistas de grupos radicales palestinos.

Las tropas procedieron a evacuar algunas zonas del norte de la Franja -como la localidad de Beit Lahiya- que fueron atacadas durante los últimos días causando la muerte de decenas de milicianos y de seis civiles, pero simultáneamente los tanques entraron alrededor de mil metros en los barrios orientales de la ciudad de Gaza.

Mediante un comunicado de cinco puntos, Hanniya hizo un llamamiento a las dos partes para lograr un alto el fuego que ponga fin a la violencia y permita discutir con calma el tema del soldado Shalit y encontrarle una salida «apropiada» a la crisis. Aunque el primer ministro de la ANP no se pronunció sobre qué tipo de solución podría ser válida, su partido, Hamás, mantiene de forma repetida que la liberación del militar retenido sólo se producirá si Israel se aviene a excarcelar a diversos prisioneros palestinos.

Hanniya precisa que la entrega de Shalit no llegará como consecuencia de la presión militar, sino como resultado de unas «negociaciones serias», con independencia del daño que causen a los palestinos las sucesivas operaciones de Israel en Gaza. «Si alcanzamos una situación en la que no hay secuestros, ni cohetes, ni túneles, ni incursiones en nuestro territorio, seguramente Israel actuará de manera recíproca», respondió el ministro laborista Ofir Pines-Paz.

«Nosotros no vamos a mantener conversaciones con terroristas. Lo primero que tienen que hacer es devolver al soldado secuestrado en buenas condiciones y dejar de disparar», dijo, por su parte, un funcionario de la oficina del primer ministro hebreo, Ehud Olmert.

Pero los palestinos creen que lo que realmente busca el Gobierno de Tel Aviv es contener la resistencia en Gaza para poder actuar libremente en Cisjordania y eso es algo que difícilmente conseguirán las milicias si Israel no se compromete antes a evacuar Cisjordania.

Búsqueda de túneles

En la mañana de ayer decenas de tanques avanzaron en dirección a la ciudad de Gaza y se establecieron en los límites de los barrios de Shuyayia y Zeitun, y en el parque industrial de Gaza. Un portavoz del Ejército justificó esta nueva incursión «limitada» con el argumento de que las tropas buscan en la zona túneles desde los que los milicianos intentan atacar al Ejército.

Grupos de activistas con fusiles y lanzagranadas hicieron frente a los tanques y a los helicópteros Apache. Una de las aeronaves disparó un misil contra un grupo de milicianos de Hamás, causando la muerte a dos de ellos. Otros cuatro perdieron la vida en los enfrentamientos por disparos de los carros de combate.

En la operación, un proyectil hebreo impactó contra una casa y mató a una madre y a sus dos hijos, un joven de 20 años y una niña de 6. El Ejército negó cualquier responsabilidad.

Tras la retirada del Ejército de Beit Lahiya, en el pueblo se observaban ayer los destrozos causados durante los dos días que duró la invasión. Las fachadas de muchos edificios han sido destruidas por los tanques, los postes de electricidad y teléfono derribados, el asfalto de las calles levantado y muchos edificios aparecen agujereados por los obuses.

Los ministros de Asuntos Exteriores de la Liga Árabe condenaron la «agresión» contra los palestinos y denunciaron el «silencio» de la comunidad internacional.