Los centros de salud no se van de vacaciones, pero algunos de sus programas sanitarios (sobre todo los relacionados con la planificación familiar, la nutrición y la prevención de enfermedades) se suspenden en los meses de verano debido a la falta de personal que se deriva de la no sustitución de los profesionales.

Si los cupos de pacientes que manejan los médicos de familia están generalmente sobrecargados, este problema empeora cuando la mitad de la plantilla está de baja.

Se dan situaciones en que los facultativos tienen que doblar su cupo para poder responder a la demanda de los usuarios. Lo que se consigue con esta medida es que «se masifiquen las consultas y que los médicos estén pasando números constantemente», según ha denunciado la Plataforma en Defensa de la Sanidad Pública.