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Domingo, 9 de julio de 2006
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Del rito mágico al módulo táctico
Los italianos buscan augurios de buena suerte y repiten, por superstición, lo que hacían en la final de 1982, pero no dejan de debatir la mejor forma de marcar a Zinedine Zidane
Del rito mágico al módulo táctico
Un aficionado italiano. / EFE
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Mussolini se metía una mano en el bolsillo y se agarraba disimuladamente los testículos cuando se cruzaba con un cura, gesto ancestral italiano para espantar el mal fario. Como él, muchos compatriotas mantienen infinitas manías de superstición y, naturalmente, el fútbol es un terreno especialmente fértil en conjuros. Sólo quien conoce Italia sabe lo que es capaz de hacer un 'tifoso' para que la suerte se ponga de parte de su equipo. Qué decir cuando lo que está en juego es la Copa del mundo. Millones de aficionados están preparando meticulosamente en estos momentos sus personales rituales, con el fin de transmitir las mejores vibraciones a la 'nazionale'.

Es la 'scaramanzia', hábitos irracionales de remoto cariz mágico que casi siempre se basan en la repetición de aquello que sucedía cuando el propio equipo obtuvo una victoria especialmente gloriosa. Ponerse la misma camiseta -que atraviesa décadas de liga sin ser lavada-, ver el partido con los mismos amigos, sentarse cada uno en el mismo sitio, comer el mismo tipo de pizza... todo debe ser igual, como en la final del Mundial de España, la última que ganó Italia. Muchos italianos hacen memoria y recuperan teléfonos de viejos amigos, acuciados por una pregunta: ¿dónde estaba yo aquella tarde de 1982?

Puede ser increíble ver un salón italiano durante un partido crucial. Nadie se mueve un milímetro de donde está, para no romper el embrujo, y está prohibido hablar de la victoria, porque de inmediato eso la haría imposible. Las miradas fulminan cualquier comentario inocente de ánimo y esperanza en el triunfo. La búsqueda de señales de buen augurio roza lo absurdo. Como, el hecho irrefutable de que el azul gana al blanco: Italia-Alemania en 1982 (victoria), o Italia-Francia en la final de la Eurocopa de 2000 (derrota, porque la 'azzurra' ese día jugó de blanco). Y sí, esta noche Italia vestirá de azul.

También ha sido recibido con alborozo nacional el pronóstico de Mick Jagger, cantante de Rolling Stones, que ha anunciado un 1-0 para Italia, porque en 1982 predijo un 3-1 y acertó. Aquel año los Rolling tocaban el 11 de julio en Turín y este 11 de julio lo hacen en Milán. Lo cierto es que de momento ya se ha cumplido una misteriosa regla: desde 1970, Italia llega siempre a la final cada 12 años.

Todo esto, por supuesto, no quiere decir que el destino esté escrito, porque en el fondo un italiano no cree en casi nada. Las discusiones tácticas inundan la prensa y las conversaciones de los bares, sobre todo con una obsesión: ¿cómo neutralizar a Zidane? 'Zizou' es un viejo conocido del 'Calcio' y del propio seleccionador, Marcello Lippi, que lo tuvo a sus órdenes en la Juventus y lo secó en los cuartos de la Champions que el equipo turinés ganó al Real Madrid en 2003.

Zidane también fue la causa del abandono de Dino Zoff, técnico en la final europea de 2000, después de que Berlusconi dijera que la clave de la derrota había sido no marcar al hombre al líder de la selección francesa. Entonces Albertini y Di Bagio le afrontaron en zona. No fue mal, pero Francia empató a diez segundos del final del descuento y luego Trezeguet firmó uno de esos demenciales 'goles de oro'. Dos años antes, Pessotto marcó a Zidane. Lo hizo bien, pero Italia perdió en los penaltis.

Patriotismo de pacotilla

El astro francés se mueve tanto en torno al centro del campo que en Italia se ha llegado a plantear la hipótesis de una 'jaula' de varios marcadores, pero lo más seguro es que Lippi le deje libre y que simplemente se tope con un contrario según la dirección a la que se dirija. Esta Italia resucitada ha renunciado al gen que le ordenaba destruir el juego del adversario en vez de construir el suyo. Pero de todos modos Zidane se encontrará la mayoría de las veces con el mastín calabrés, Renato Gattuso, un duelo apasionante. Como los Henry-Cannavaro o Vieira-Pirlo. El simpático centrocampista del Milan ha reconocido con humildad que él también recurrirá a lo sobrenatural. «A Zidane no se le para; cuando tiene el balón te haces la señal de la cruz y basta».

Por razones evidentes, Francia es desde hace años la selección más odiada en Italia -fruto también de una relación histórica recelosa entre los dos países- y los sueños de revancha se agolpan esta noche con la evocación de las derrotas. En realidad, como ha dicho Platini, Francia sólo le ha ganado tres veces a Italia, tras la primera victoria 'bleu' en el Mundial de México de 1986, en octavos. «Italia no nos gana desde 1978, pero nosotros hemos perdido con ellos desde hace 80 años, tenemos todavía mucho margen», suele recordar el gran 10 galo. La primera victoria de la historia de la selección italiana (1910), fue un 6-0 a Francia. Pero, pican mucho más las humillaciones recientes.

En el habitual tono patriótico de pacotilla que suele adueñarse de la prensa antes de los choques nacionales, en Italia se evocan ahora piques antológicos en el Tour, con las victorias de Bartali, recuerdan que Napoleón o Belmondo en realidad son casi italianos o que mucha gente piensa injustamente que Modigliani es francés, robado por los vecinos, cuando es italianísimo.

La épica, la historia y la nostalgia cargarán el aire de Berlín, en el mismo estadio que construyó Hitler para los Juegos Olímpicos de 1936, los únicos que ha ganado la selección italiana de fútbol (2-1 a Austria). Aquella Italia que obtuvo sus dos primeros mundiales (1934 y 38), jugaba con la cruz de los Saboya y el 'fascio' de Mussolini en su escudo. Luego, las dos finales perdidas con Brasil (1970 y 94). En casi 60 años, sólo el triunfo de España'82, demasiado poco para un país obsesionado con el fútbol.

Esta noche, en la sexta final de su historia, Italia puede conseguir su cuarto Mundial, que le colocaría tras Brasil en número de títulos. Ganársela encima a Francia sería un sueño. Pero mañana el país se despertará con la sentencia del escándalo del 'Calcio', que seguramente mande a Segunda a Juventus, Milan, Lazio y Fiorentina, los equipos que nutren a la selección. Que nadie se asuste, pero ya se habla de una amnistía en caso de victoria, porque ¿quién sería capaz de no perdonarles todo a los 'ragazzi' si son campeones del mundo, después de 24 años?



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