Figo no podía despedirse sin dar un gol, el del honor para Portugal, en su despedida con la selección de su país. A falta de sólo dos minutos para el final del tiempo reglamentario el gran capitán se internó por donde mejor ha funcionado nunca, la banda derecha, y le puso un centro medido a Nuno Gomes para que Portugal sellase el 3-1.
Hasta ese momento no había tenido suerte el ex madridista. Tuvo que esperar 76 minutos en el banquillo, y poco después de salir Alemania marcó el 3-0. Justo antes del último tanto de los alemanes, el extremo luso intervino en una buena jugada anterior de su selección en la que Kahn evitó el 2-1 frente a Cristiano Ronaldo. El partido habría ganado en emoción si Portugal hubiese marcado, pero Schweinsteiger apareció de nuevo y marcó el tercero para Alemania cuando Figo sólo llevaba dos minutos en el campo.
Se podía entender que Scolari no alinease como titular a Figo en su último partido con la selección, pero no que el técnico brasileño tardarse tanto tiempo en recurrir al que estaba llamado a ser uno de los grandes protagonistas de la final de consolación. Cuando Figo salió en lugar de Pauleta el equipo luso estaba muerto y el ex madridista no pudo contagiar carácter y apenas intervino en el juego, debatiéndose entre la media punta y la banda derecha.
Desde esa posición en la que se consagró como uno de los mejores del mundo de los últimos tiempos sentenció Figo con un pase mortífero que se le apunta a Nuno Gomes, aunque más de medio gol es suyo. A Figo, el último representante de la generación de oro portuguesa que nunca pudo ganar un título con la selección absoluta, con una plata en la Eurocopa de su país 2004 y un bronce mundial en Alemania, le queda el buen sabor de su última y gran asistencia con Portugal.