El suizo Roger Federer ha vuelto a demostrar que es el mejor tenista del mundo en hierba. Esta vez el español Rafa Nadal no ha podido hacer nada y ha perdido por 6-0, 7-6, 6-7 y 6-3 ante su eterno rival. Federer se ha desquitado de la final de Roland Garros, ha conquistado su cuarto título consecutivo en el All England Club y ha impedido que el manacorí lograra su segundo Grand Slam de la temporada.
El helvético igualó lo conseguido por el estadounidense Pete Sampras y el sueco Bjorn Borg, los únicos tenistas desde la Primera Guerra Mundial que logran cuatro torneos consecutivos en el All England Club, aunque Borg venció en este escenario en cinco ocasiones.
Federer, que logró el octavo "grande" de su carrera y acumuló su 48 victoria consecutiva sobre hierba, no pudo sin embargo emular al Borg, que venció la competición sin haber perdido un solo set en 1976, al claudicar ante el balear en la tercera manga por 6-7 (2).
El helvético dominó de forma incuestionable durante el primer set. Pese a perder el primer punto del partido con su saque, Federer comenzó desplegando el repertorio impecable que le ha aupado a lo más alto del tenis masculino. Con la elegancia que acompaña todos sus golpes, el número uno del mundo obtuvo un porcentaje abrumador de puntos con su primer servicio en este arranque, con un 93 por ciento, y sin cometer una sola doble falta despachó al balear en 24 minutos.
Todo parecía funcionar según el plan en la exacta maquinaria del juego de Federer, que tuvo en su revés una de sus armas más poderosas. Nadal, que acumuló dos "aces" en esta reválida e hizo un total de ocho, sucumbió al tenis sin mácula del suizo y perdió su saque más veces en este set inicial de lo que lo había hecho durante todo el torneo. El campeón de Roland Garros, que concluyó el primer examen a cero, no logró sentirse cómodo en el encuentro hasta el inicio del segundo parcial.
Con menos nervios, el español mostró más consistencia y comenzó a restar con mayor profundidad. Parecía que Nadal empezaba a interpretar con más precisión el servicio del helvético, a quien quebró el saque en el primer juego. Consiguió enterrar el 6-0 de la primera reválida con golpes más agresivos y exhibiendo, por fin, sus derechas ganadoras. Con el 2-3 a favor del español, se vio el primer intercambio largo del duelo en la pista central. A un punto de perder la reválida, el español salvó dos puntos de set, pero fue Federer el que cerró la manga, que duró 58 minutos, por 7-6 (5).
Los jugadores se enzarzaron en otra batalla igualada en el tercer set, donde Nadal tuvo ventaja con 4-3 en el marcador. Federer, cada más cerca de su cuarto Wimbledon, y con subidas más frecuentes a la red, niveló el partido a 4-4. Con el suizo en control, el español aprovechó su saque para volver a desnivelar el marcador 5-4 sin conceder un solo punto (40-0). Federer hizo lo propio, sin dar tregua al español con su servicio, forzando el último desempate. Fue un "tie-break" en el que Nadal se puso las pilas y logró cinco puntos de ventaja sobre el helvético para llevarse el set, que se resolvió en 53 minutos (7-6 (2).
En el cuarto examen, incrementaron los errores no forzados de Federer, que en el 2-1 arriba del cuarto examen llevaba acumulados nada menos que 27, de un total de 32. Nada acumuló 26, cometiendo la mayoría (10) en el segundo set. El campeón, que sumó 43 puntos ganadores, le rompió el servicio en dos ocasiones más (le quebró en seis ocasiones en total de un total de 10 bolas de break), pero se repuso Nadal, haciendo lo mismo por segunda vez en el partido, en el séptimo juego.