El chupinazo de San Fermín estuvo disputado este año. El encargado de lanzar el cohete, el concejal Javier Eskubi, quiso dejar su impronta de «agnóstico» y gritó «Gora sanferminak! ¿Vivan las fiestas de San Fermín!», en vez de las habituales loas al santo «¿Viva San Fermín! ¿Gora San Fermín!». Ante la ruptura de la tradición, la alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina, tomó el micrófono y proclamó la fórmula acostumbrada. Polémicas aparte, los miles de personas que abarrotaban la Plaza de Ayuntamiento acogieron con la misma alegría el anuncio en sus dos versiones.

La decisión de la alcaldesa de intervenir en el chupinazo fue interpretado por la oposición como un intento de acaparar la atención. Pero Barcina justificó después su actuación: pretendía mantener la fórmula tradicional que se ha empleado durante más de 60 años.

Eskubi ya había explicado días antes que, dada su «condición de agnóstico», no tenía intención de jalear al santo y que cambiaría la fórmula, lo que provocó la crítica de muchos pamploneses. Minutos después del chupinazo, ya con los ánimos más serenos, este médico de 63 años, nacido en Bilbao pero afincado en Pamplona desde la infancia y gran amante de las fiestas, dijo no sentirse ofendido por el gesto de la alcaldesa, aunque sí se mostró sorprendido. «Me ha dado una sorpresa, pero no tengo ningún problema; todo el mundo puede gritar lo que sea». Añadió que en el momento del disparo sintió «mucha emoción, indescriptible».

Nueve días de fiesta

Tras el disparo del cohete, Pamplona disfruta de nueve días de fiesta total, hasta la medianoche del 14 de julio, cuando se entone el también tradicional Pobre de mí. Horas antes del chupinazo, Pamplona ya bullía con una frenética actividad. El 6 de julio precede a la fiesta de San Fermín -copatrono de Navarra, junto con San Francisco Javier-, día grande de las fiestas, en que se celebra el primer encierro, que hoy se corre con toros de Marqués de Domecq.

Viajeros de toda España y también extranjeros, sobre todo de Australia, Estados Unidos, Francia, Alemania y Japón, han copado casi al completo las plazas hoteleras, cuyos precios se triplican estos días, y llegan a superar los 300 euros por persona sólo por dormir. La asociación que agrupa a los empresarios de hostelería asegura, sin embargo, que todavía quedaban algunas camas libres, algo que no ha sucedido en años anteriores. Otros optan por la furgoneta o por dormir al aire libre. El tiempo acompañará, ya que el Instituto Nacional de Meteorología sólo prevé episodios inestables para los días 11 y 12.