Nada de lo que el actual Gobierno acuerde con ETA o Batasuna y ninguno de los compromisos que asuma en el actual proceso abierto tras el alto al fuego de la banda serán asumidos por el Partido Popular cuando llegue al poder. El líder de la oposición hizo este solemne anuncio al término del encuentro entre los socialistas vascos y el partido ilegal, una entrevista que calificó de «inmoral» y señaló como piedra de toque de un procedimiento para alcanzar la paz del que el PP se ha desentendido ahora y para el futuro.

Mariano Rajoy compareció en rueda de prensa en la sede central de su partido para afirmar que José Luis Rodríguez Zapatero «no representa al Estado» sino a sí mismo, al PSOE o a su Gobierno cuando habla con la banda terrorista o su brazo político. En un aviso que parecía más dirigido a ETA que al Ejecutivo socialista, el presidente del primer partido de la oposición dejó muy claro que cualquier acuerdo que pueda pactar la banda o Batasuna con el actual presidente del Gobierno «no es un compromiso de Estado». «El PP no se siente representado ni concernido en este proceso», anunció.

Pactos no vinculantes

Explicó que los pactos que resulten de las conversaciones de Rodríguez Zapatero con los terroristas o el partido de Arnaldo Otegi «al PP no le vinculan» porque los populares se sienten ajenos al proceso que dirige el jefe del Ejecutivo y se declaran «libres» de los compromisos que adquiera. El líder de la oposición otorgó a esta declaración ante los periodistas una proyección de futuro, en previsión de que un día el PP pueda llegar de nuevo a gobernar y entonces aseguró que «el único acuerdo que vamos a respetar es el de que ETA deje de matar».

Mariano Rajoy demostró que su partido considera un hito la reunión entre el PSE y Batasuna, de la que culpa personalmente al presidente porque la celebración de esta entrevista fue el detonante de la retirada del apoyo del partido opositor al Gobierno. Aunque autorizó a los populares vascos a denunciar ante los tribunales el encuentro, ya no lo calificó de ilegal como hizo hasta ahora y dijo que la reunión avalada por el jefe del Gobierno con «el complejo ETA-Batasuna» sin que haya renunciado a la violencia es «inmoral».

Como el Gabinete socialista no atendió al primero de los dos requisitos que planteó el partido opositor para compartir el proceso de paz -la suspensión de la reunión con Batasuna y la legalización de este partido cuando ETA se desarme o desaparezca-, Rajoy concluyó que «el Gobierno no quiere el apoyo del PP». Por el contrario, denunció que José Luis Rodríguez Zapatero autorizó el contacto con el partido abertzale a exigencias de la banda terrorista.

También desde las filas populares, su portavoz parlamentario, Eduardo Zaplana, señaló que su grupo ha solicitado la convocatoria de la Diputación Permanente del Congreso para que decidida si Zapatero debe comparecer para explicar el alcance de la reunión de ayer.

Por su parte, la presidenta del PP vasco, María San Gil, criticó que ayer se vio «la foto de la rendición del Estado de Derecho», que le recordó a la instantánea de Hitler y Franco en Hendaya.