Más de tres millares de partituras de música barroca antigua, en su mayoría originales, han sido recuperadas en Bolivia por comunidades indígenas del área amazónica del norte del país.

Este hallazgo cultural ha resultado ser uno de los más importantes de la Historia de Bolivia. Según Antonio Puerta, representante de la ONG española Taupadak, uno de los impulsores del proyecto, los textos musicales datan de principios del siglo XX y «se trata de misas, cantos de alabanza, cantos de penitencia y de celebración de santos que tienen un valor enorme».

Estas partituras han sido descubiertas en la zona del río Ichoa, en el departamento boliviano del Beni, una de las regiones del país donde estuvieron los jesuitas.

Según Puerta, hay otras piezas más antiguas, del siglo XIX, lo que pone de manifiesto la relevancia de los documentos pertenecientes a la época jesuítica desarrollada tanto en Bolivia, como en Pa-raguay y el norte de Argentina entre los siglos XVII y XVIII.