Un grupo de unos 300 trabajadores de la empresa de electrodomésticos Braun, filial de la multinacional estadounidense Procter&Gamble, retuvieron ayer en las oficinas de la compañía a las afueras de Barcelona a varios directivos y dos abogados de la empresa, con el fin de protestar por las indemnizaciones ofrecidas por la dirección a cambio de los despidos y el cierre de la factoría. Los empleados anunciaron que mantendrán su postura hasta que la empresa ofrezca mejores indemnizaciones y convocaron una huelga para hoy junto a una manifestación en Barcelona. El día 17 habrá otra movilización en Madrid.
Braun emplea en su única planta española de Esplugues de Llobregat (Barcelona) a más de 700 trabajadores y ha decidido cerrar las instalaciones durante 2008 para trasladarlas a algún país del Este de Europa o a China. Aunque la dirección de la empresa, que pertenece al Grupo Gilette de Procter&Gamble, prometió la recolocación para un grupo de empleados, los sindicatos denunciaron los despidos porque, a su juicio, Braun no atraviesa por problemas económicos. Ahora tratan de conseguir indemnizaciones adecuadas para los que se quedarán en la calle.
Intervención policial
La 'retención' de directivos y abogados (del bufete Garrigues) empezó cuando acabó la reunión negociadora con el comité de empresa. En un primer momento, seis policías nacionales lograron introducirse en la oficina donde estaban, pero no consiguieron su objetivo de liberarles ante la firmeza del grupo de trabajadores. Después, los agentes pusieron estos hechos en conocimiento del juzgado e intentaron negociar con los empleados.
Fuentes sindicales argumentaron que la acción fue «espontánea». Por su parte, miembros del comité de empresa comunicaron a la policía que la situación no estaba sus «manos» y opinaron que la fábrica es ahora «una olla hirviendo».
Algunos sindicalistas negaron, sin embargo, que los trabajadores hubieran impedido la salida de directivos y abogados, y afirmaron que a las puertas de la sala de reunión sólo se concentraron un pequeño grupo de empleados que protestaron contre los planes de Braun pero no coaccionaron ni ejercieron violencia contra nadie.
Según los sindicatos, durante la reunión negociadora los representantes de la compañía subieron su última oferta hasta los 45 días de salario por año trabajado, con un límite de 31 mensualidades. La empresa también aceptó rebajar a 54 años la edad mínima para que los trabajadores puedan optar a las prejubilaciones, frente a los 55 ofrecidos antes. Pese a ello, CC. OO. calificó la oferta de «muy insuficiente».