La romería del Rocío es una de las más famosas del panorama nacional no sólo por el fervor de los caminantes sino también por las personalidades que acuden a él. Por eso, durante unos días, el coto pierde toda su tranquilidad en favor del bullicio del pueblo, deseoso de ver y honrar a su Virgen del Rocío.

Pero antes hay que hacer un camino que se convierte, en definitiva, en un campo de amistad y solidaridad donde todos dan pasos hacia una esperanza, una promesa y una alegría. Todos son hermanos y todos al fin y al cabo comparten la comida, los cantes, la solidaridad, el cansancio y las penurias del recorrido.

Los momentos más emotivos del sendero son las misas de la mañana, el ángelus o el canto de la salve, donde cada uno de los caminantes, en su interior, recita sus plegarias, rezos, promesas y agradecimientos.

Los colores se convierten en una estampa costumbrista debido en parte a las diferentes gamas de colores de los trajes de gitana, a las carriolas y a las carretas, donde los mulos y los bueyes son fundamentales para recorrer el camino hacia la aldea entre dunas y arenales. A veces sucede lo peor. Uno de los medios de transporte se queda atrapado en la arena, pero con los tractores el infortunio queda resuelto en un santiamén.

Días para todo

Son días de amistad, de compañerismo y de ayuda al hermano que te necesita, donde las familias y los amigos se unen en carretas y carriolas compartiendo horas, comidas, misas e ilusiones de cada jornada.

Este año, entre los diferentes amigos que se suelen encontrar estaba un grupo de Utrera, quienes hicieron el camino hace cinco años con un grupo del Puerto de Santa María, y que se conocieron en dicha romería sin verse desde entonces. Pero este año se resulta que se han encontrado en la romería cruzando el río hacia el coto.

La espera más deseada

Hoy es el día grande, donde todo el mundo con lágrimas en los ojos espera con verdadera ilusión la salida de la Virgen. Una marcha que este año contará con una ausencia grande como es la de la artista Rocío Jurado, fallecida recientemente y gran devota junto con su Virgen de Regla, de la Virgen del Rocío. La noche que sacan a la Blanca Paloma los almonteños viven un acontecimiento mágico y uno de los momentos más esperados de todo el año para cualquiera de los romeros presentes. Una noche en que la Virgen es la protagonista de cada espacio y de cada casa que visita durante su recorrido por la aldea.