Pedro Sánchez es un romero de Jerez que atesora un cúmulo de anécdotas rocieras y que tras su boda con Pilar Bernal forma parte de una familia con una enorme tradición rociera.
Sin ir más lejos, la primera de las anécdotas que narra es que su suegro fue el artífice de que la Hermandad del Rocío de Jerez no llegara nunca a perder la antigüedad que atesoraba después de años realizando la romería a la Aldea. Y es que, todas las filiales a la hermandad matriz cuentan su antigüedad desde el primer año que se inscriben a ésta y realizan su primera romería. Sin embargo, toda la historia pueden perderse si en alguna ocasión la hermandad filial no completa una peregrinación a la Aldea de El Rocío.
En esta tesitura, fue precisamente el suegro de Pedro Sánchez el que llevó solo con cuatro amigos y junto a la Hermandad de Sanlúcar el Simpecado de Jerez a la Aldea, de manera que no se perdió la antigüedad.
Pero la anécdota que más recuerda después de años de romería fue un año que estuvieron junto a la Hermandad de San Juan del Puerto, situada un poco antes de la Hermandad de Triana. En aquella ocasión, cuando llegó el momento de la procesión los almonteños pasaron por delante de la Hermandad de San Juan con la Virgen y al llegar a la de Triana pasaron de espaldas porque estaban enfadados. Fue algo que Pedro Sánchez sigue recordando con sorpresa, que no entendió y tras lo que pensó «que todos íbamos a lo mismo a la Aldea, a ver a la Blanca Paloma».