El presidente del Gobierno de Navarra y de UPN, Miguel Sanz, mostró su desacuerdo a la iniciativa dada a conocer ayer por el presidente Zapatero de iniciar conversaciones con ETA. Según explicó, la discrepancia no está motivada porque «no estemos de acuerdo con el fin de acabar con el terrorismo sino porque no estamos de acuerdo en que ahora sea oportuno iniciar la andadura sin haber percibido una clara voluntad de dejar las armas y la extorsión».
Sanz recalcó que no tiene «ninguna confianza» en el Partido Socialista en estos momentos y tampoco una «confianza ciega» en Zapatero. Al respecto, declaró que «seguiremos estando alertas», porque si bien la mayoría de UPN y CDN en el Parlamento y el actual Gobierno garantizan que «difícilmente se pueda hacer nada en contra de la voluntad de los navarros», podría hacerse «en el futuro» con socialistas y nacionalistas vascos.
El presidente deseó que estas críticas no se perciban como intentos de obstaculizar un proceso por parte de alguien que no quiere la paz. Recordó que el Gobierno foral mostró su disposición a colaborar «para acabar con la violencia», siendo «imprescindible» la unidad democrática, que lamentó que no se mantenga con el PP, «más imprescindible» en este caso. Y señaló que no hay «nadie más interesado en acabar con el terrorismo que quienes lo han sufrido».
Sanz observó que «no es verdad» que se cumplan las condiciones «autoexigidas» por Zapatero, de voluntad inequívoca de ETA de abandonar la violencia y destacó que el presidente lo reconoció al decir que «prácticamente» han desaparecido las acciones de la banda: «No dicen todas porque sería negar lo evidente», insistió.