Legaron de madrugada, sobre las cuatro de la mañana de ayer jueves, y apenas pudieron dormir dos horas en una celda de la prisión de Alhaurín de la Torre. Los primeros cinco encarcelados por la segunda fase de la operación Malaya, cuatro ex concejales del GIL y una del Partido Andalucista, viven sus primeras horas entre los muros de la cárcel provincial a la espera de ser destinados a los módulos definitivos. Los cuatro ex ediles de Gil, Tomás Reñones, Vicente Manciles, Rafael González y José Luis Fernández Garrosa, coincidirán en los próximos días con el ex gerente de Urbanismo de Marbella Juan Antonio Roca, al que consideran culpable de la situación por la que atraviesan.
Este periódico pudo conocer de fuentes cercanas a los cinco encarcelados que responsables de la prisión les preguntaron si tenían algún problema en coincidir con Roca en el mismo módulo carcelario, a lo que respondieron que ello no implicaría conflicto alguno. Los miembros de la cárcel quisieron asegurarse de este modo que su encuentro con Roca, en algún momento de recreo o de comidas, no iba a provocar algún tipo de altercado.
Según las fuentes, una vez que los cinco acusados de cohecho y prevaricación ingresaron en la cárcel se interesaron por conocer cómo iba a ser su situación a partir de entonces. «Anímicamente estaban todos tocados, sobre todo la ex concejal del PA María José Lanzat, después de la estancia en los calabozos de la comisaría», dijeron.
No obstante, a medida que fueron descubriendo que en la prisión de Alhaurín iban a estar en mejores condiciones que en los calabozos policiales, cambió su ánimo hasta el punto de bromear con algunos funcionarios del centro penitenciario, a los que dijeron que fuesen haciendo sitio porque seguro que en los próximos días vendrían más arrestados en la operación hacia allí.
Primeras celdas
Los cuatro ex ediles del GIL encarcelados pasaron su primera noche en dos celdas de ingreso de dos por cuatro metros. Estuvieron dos en cada una de ellas. La ex concejala del PA se destinó a otra apartada para pasar posteriormente al módulo de mujeres, donde coincidirá con la ex alcaldesa de Marbella, Marisol Yagüe, y la ex primera teniente de alcalde, Isabel García Marcos. No obstante, apenas tuvieron tiempo para dormir, ya que se acostaron a las cinco y media de la mañana y fueron despertados a la ocho para empezar a cumplir el horario de la cárcel.
A partir de entonces, recibieron la visita del médico, un psicólogo y una trabajadora social para determinar la situación de cada uno de ellos y derivarlos a los módulos correspondientes. En estos contactos, los cinco encarcelados mostraron su disgusto por el trato recibido en los calabozos y confiaron en que la cárcel les resulte más cómoda.
Según las fuentes consultadas, hasta que no pasen al módulo carcelario que les corresponde, únicamente pueden recibir la visita de sus abogados defensores. A partir de entonces, sí podrán ser visitados por familiares. Las visitas para los hombres en prisión se producen los sábados por la tarde y las de las mujeres encarceladas las mañanas de los domingos.
Las fuentes también indicaron que, en función del dinero de que dispongan, podrán efectuar cinco llamadas telefónicas a la semana de cinco minutos de duración.
Otro de los trámites por los que han pasado los primeros cinco encarcelados en la segunda fase de la operación Malaya es por la entrega de su documentación a los responsables de la prisión. Sus documentos de identidad se cambian por otros que les sirven para identificarse dentro de la cárcel. Las fuentes aseguraron que, a medida que pasaron más horas en el centro penitenciario, su estado de ánimo mejoró. «Algunos tienen la creencia de que van a estar poco tiempo», opinaron.