Con el ánimo de preparar el terreno, tanto el Gobierno como el PSOE esgrimieron sendos estudios sociológicos -uno propio y otro ajeno-, y aseveraron que la mayoría de los españoles rechaza la actitud «obstruccionista» de Mariano Rajoy. «Este es un proyecto de todos los españoles y espero que todos los demócratas de buena fe estén junto al Gobierno para que no sea sólo un objetivo, sino un logro en el menor tiempo posible», señaló Moraleda.
El portavoz gubernamental -que participó en la primera jornada de los cursos de verano de la Complutense, en San Lorenzo del Escorial-, dejó claro que el hecho de que en los últimos días se hayan producido episodios de kale borroka o de que ETA haya seguido extorsionando no varía los planes del Ejecutivo ni perturba su convicción de que la banda está dispuesta a dejar las armas. «No hay que dejarse llevar por la ansiedad del momento; no se trata de hacer actas notariales de lo que sucede día a día», reclamó. «Estamos en un proceso largo, complicado, que requiere sumar esfuerzos».
Moraleda, como el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, se apoyó así en un sondeo de la cadena Ser para sentenciar que, a medida que pasa el tiempo, es «más abrumadora» la cantidad de españoles que insta al Gobierno a aprovechar esta «oportunidad histórica» para que en España «se deje de matar por una opinión política». Con palabras casi idénticas, Blanco aseguró que los socialistas manejan una encuesta propia que refuerza sus tesis. De ella, según aseguró, se deduce que más del 65% de los ciudadanos apoyan a Zapatero, mientras existe una «desafección muy notable», de más del 50%, respecto al PP.
Los datos sirvieron a ambos responsables políticos para hacer un último llamamiento al principal partido de la oposición, antes de la comparecencia de Zapatero en el Congreso. Una comparecencia que aún no tiene fecha.
Exigencia de Rajoy
En vísperas de que el presidente del Gobierno acuda al Parlamento a anunciar la apertura de contactos con ETA, el líder de la oposición le pidió ayer desde Sevilla que haga públicos sus planes. Rajoy emplazó a Zapatero a «explicar qué quiere hacer y qué va a hacer» mediante los contactos con la banda y el diálogo PSE-Batasuna.
Durante la presentación de los candidatos del PP a las alcaldías de municipios de más de 20.000 habitantes, Rajoy dejó claro que no se conformará con pronunciamientos genéricos sino que va a exigir concreciones. Recordó a Zapatero que su responsabilidad es gobernar y no limitarse a utilizar «palabras mágicas como diálogo y negociación» cuando hay temas que son «innegociables», como la ley, la libertad y el respeto a los derechos de las personas.