Con sus sistemas defensivos muy definidos, las mayores dudas de España y Francia se plantean en la zona central. Luis va a encarar el partido con la inclusión de Raúl, jugador con gran experiencia. En el centro del campo entra Cesc, futbolista con toque, talento y ganas.

Este planteamiento será valorado después del encuentro en función del resultado. Pero la idea principal es tener el balón. Por eso, trata de reunir a cuatro o cinco hombres de buen toque y que no tengan pérdida fácil del balón en el centro. Es gente que se ofrece sin temor y que juega sin la obsesión del adversario; ambicionan ser los protagonistas.

El equipo, de esta forma, gana en posesión frente a una Francia con dos hombres en el centro, (Makelele y Vieira) muy fuertes en la recuperación. Parece ser que la eliminatoria de Liga de Campeones entre el Arsenal y la Juve, en la que se enfrentaron Vieira y Cesc y ganó el español, ha ayudado a la decisión de Luis. El catalán estará acompañado por Xavi, muy creador y organizador del equipo, y Xabi Alonso, que da buena salida al balón desde atrás. Por delante, en el vértice, se colocará Raúl, por detrás de Villa y Torres. El madridista estará esperando la caída de ambos hacia la banda para entrar por dentro.

Domenech, mientras, deberá decidir si juega con una simetría por el campo, dando libertad a Zidane. Pero si refuerza el medio campo sin Trezeguet a España le costará hacer su habitual juego de toque porque, con Ribery y Malouda, los galos aglutinarían un mayor número de jugadores que España y por ahí puede perder el control la selección.

Si se decide por el delantero de la Juve, algún jugador del medio campo tendría que salir y el dominio sería alterno. Entonces, todo dependerá del acierto arriba. Pero Francia ganaría opciones en el remate y definición.

Las incorporaciones al ataque de los laterales (Sergio Ramos y Pernía) deben ser muy bien utilizadas porque el contraataque de Henry, con sus caídas a la banda, son muy peligrosas: atrae hacia sí a los centrales y descoloca a la defensa rival.

La movilidad de los hombres de arriba será determinante para superar a la defensa gala, que marca en zona.