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Lunes, 26 de junio de 2006
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ESPAÑA
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El PSC apuesta por Montilla para ganar el voto inmigrante en Cataluña
El ministro de Industria intentará reconciliar a las bases con sus dirigentes y conservar dosis de catalanismo
El PSC apuesta por Montilla para ganar el voto inmigrante en Cataluña
EFUSIVIDAD. El ministro de Industria y Pasqual Maragall. / EFE
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La ejecutiva del PSC propondrá hoy, según todas las previsiones, a José Montilla, como candidato a la presidencia de la Generalitat para las próximas elecciones autonómicas. La designación del primer secretario del partido y ministro de Industria -que habrá de ser ratificada por el Consejo Nacional del PSC durante el mes de julio- abrirá un proceso para la confección de las listas electorales en el que será necesario mantener el equilibrio entre las múltiples corrientes y tendencias que conviven en el seno del socialismo catalán.

La renuncia de Pasqual Maragall a la reelección supone un duro golpe al sector más nacionalista, que en los últimos años ha desempeñado un papel muy activo en la dirección, en el Gobierno catalán y en las instituciones autonómicas. Habrá que ver si en los primeros puestos de las listas se sitúan dirigentes marcadamente catalanistas como el consejero de Economía y Finanzas, Antoni Castells, o el portavoz del Ejecutivo, Joaquim Nadal. Asimismo, el PSC deberá resolver su relación con la plataforma 'Ciudadanos por el Cambio', con la que los socialistas se presentaron en coalición en 1999 y 2003.

Mientras que el sector más nacionalista se pronuncia a favor de repetir esta fórmula, el aparato y las corrientes menos catalanistas abogan por la ruptura. Queda por saber si la apuesta de Montilla como candidato del PSC a la Generalitat es la más segura electoralmente y si dará estabilidad. Según fuentes de la formación, «Montilla representa a una nueva generación de dirigentes que proceden de la inmigración y son de un origen social humilde. Un presidente catalán de estas características sería una verdadera revolución política, social, cultural y simbólica en Cataluña».

Movilización

La apuesta es arriesgada, porque si bien es cierto que podría reconciliar a las bases del partido con la dirección, al grueso de esos 300.000 votantes socialistas que no acuden a las urnas en las autonómicas, según expertos electorales del PSC, también podría tensar aún más la cuerda entre el colectivo más nacionalista y de clases medias liderado por dirigentes procedentes de la burguesía catalana con el resto del partido. El PSC, que desde el restablecimiento de la democracia y el autogobierno ha permanecido en la oposición durante 23 años, no quiere sufrir una derrota en las autonómicas y verse en la obligación de abandonar el Gobierno.

Los socialistas harán todo lo posible para seguir gobernando, pero saben que la apuesta es complicada porque tendrán que movilizar a los trabajadores procedentes de la inmigración de hace 30 o 40 años. Si no lo consigue, casi con toda seguridad, el PSC volverá a la oposición.

Tampoco se sabe si Montilla, que fue uno de los artífices del pacto del tripartito por parte del PSC y uno de los pocos ministros que habla de tú a tú con Rodríguez Zapatero, conseguirá imponer una cierta dosis de catalanismo en su partido que cuente con el visto bueno del PSOE o renunciará a este objetivo. Pasqual Maragall intentó reconciliar las diversas corrientes y sensibilidades y hasta impulsó un giro nacionalista en el PSC que le permitió ganar las elecciones autonómicas de noviembre de 2003 y firmar un pacto de gobierno con ERC e ICV-EUiA. Maragall facilitó la labor a los representantes del ala más nacionalista en la dirección del partido, el Gobierno y las instituciones, pero se aisló de las bases trabajadoras y procedentes de la inmigración.



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