Con la procesión eucarística que se celebró ayer por la tarde por el Mentidero de la hermandad del Prendimiento, se clausura las celebraciones que en nuestra ciudad tienen lugar en honor a Jesús Sacramentado.

El Corpus fue uno de los grandes acontecimientos de esta ciudad durante siglos, como lo demuestra la magnífica custodia procesional, única en nuestro país. Ninguna otra ciudad en la que esta celebración tuvo renombre nacional, como puede ser las ciudades de Toledo, Granada o Sevilla atesora un trono para El Pan de lo Ángeles, como la que antiguas generaciones de gaditanos hicieron construir, y que afortunadamente se ha podido conservar pese a los avatares políticos que la hicieron peligrar.

Históricas instituciones como la Esclavitud del Santísimo o la Real Congregación de la Vela y Mayor Culto al Santísimo Sacramento evidencia el profundo amor y adoración que siempre Cádiz y sus ciudadanos demostraron por el Cuerpo de Cristo. ¿Quién no ha oído hablar a sus mayores de lo que fue el Corpus en Cádiz?

Hoy los buenos amantes de las cosas de la ciudad, agradecen el esfuerzo que se realiza por rescatar parte de ese pasado glorioso que tenía el Jueves en el que Dios se hace presente por nuestras calles.

Muchas cosas serán imposibles ya de recuperar, como el propio Jueves, pero muchas son las ganas de rescatar tantas señas de identidad, tan propias del gaditano, como tenía el Corpus Christi en Cádiz.

Pero si hiciéramos un ejercicio de abstracción y nos imagináramos hoy en día, una celebración del Corpus sin la participación de los cofrades gaditanos, sería difícil poder pensar, no sólo en unas calles engalanadas, sino en un acompañamiento masivo a la procesión. Si los cofrades no fueran, ¿quiénes irían? Parte del clero y el Ayuntamiento.

Pero además podríamos preguntarnos: ¿Quién prepararía la custodia? ¿Quién a la Patrona? ¿Quién iría de acólito? ¿Quién haría de músico durante la procesión y las celebraciones? ¿Quién organizaría la procesión? Sería difícil de imaginar. ¿Verdad?