-¿Cómo está el ambiente del asociacionismo en Jerez?
-Pues está bastante parado porque hay ya muchas asociaciones que dependen de las subvenciones de instituciones y eso las condiciona.
-¿Desde cuándo funciona la asociación cultural Rebelión en La Granja?
-Llevamos tan sólo unos meses, desde enero de este año. Somos unas ocho personas de todas las edades que nos preocupamos por nuestro barrio.
-¿Cuáles son los objetivos de la asociación ?
-La primera meta de esta organización es darle vida cultural al barrio y mejorar sus condiciones. Cuando hablo de vida cultural, me refiero a teatro, cine y pasacalles, entre otras cosas.
-¿Cuáles son las necesidades principales de esta barriada popular de Jerez?
-Lo más urgente es la necesidad de empleo estable y digno para los más jóvenes. Hay muchos vecinos que han ingresado en el Ejército o en la Policía porque no tenían otra salida. Pero vamos, que es una situación de un barrio de clase obrera extensible a toda la ciudad.
-¿Cuál es la filosofía de la organización?
-Pretendemos promocionar la cultura de izquierdas y mejorar el barrio. Junto con otras asociaciones, intervenimos en los presupuestos participativos. También participamos en la Plataforma contra la estatua de Primo de Rivera y en la asamblea ciudadana anti-saqueo.
-¿Cuáles son tus proyectos de futuro?
-Que la asociación se convierta en un colectivo vecinal que fomente la conciencia crítica y que se materialice en mejoras para el barrio. Por ejemplo, los coches cada vez ocupan más zonas peatonales de La Granja. Yo seguiré trabajando en Jerez. Me gusta el ámbito de la educación en valores y educación popular y, por eso, colaboro con Buenaespina. También me planteo hacer algo con el tema de las bicicletas. Esta ciudad no está hecha para ir en bici.