Varias personas sin identificar atacaron la pasada noche dos cajeros automáticos en Bilbao y la localidad de Elorrio, una sede del PSE y un juzgado de paz. Los daños materiales fueron escasos. Según informó el Departamento de Interior del Gobierno vasco, el primer ataque tuvo lugar sobre las diez de la noche, cuando varios desconocidos se dirigieron a un cajero ubicado en la calle Valentín de Berriotxoa. Tras romper la puerta con piedras arrojaron líquido inflamable al interior. El cajero quedó inutilizado. Dos horas después, el objetivo de los violentos fue otro cajero ubicado en la avenida Madariaga del barrio bilbaíno de Deusto.
La Ertzaintza encontró una botella con restos de líquido inflamable en el interior del cajero que sufrió daños de escasa consideración. Más tarde, los radicales arrojaron cuatro cócteles molotov y una garrafa de gasolina contra la fachada del Juzgado de Paz de Amorebieta, lo que provocó un pequeño incendio. Asimismo, durante la madrugada, los violentos lanzaron varios cócteles molotov contra la Casa del Pueblo del PSE, en el barrio de Cruces, en Baracaldo, que no causó daños reseñables. El recrudecimiento de la kale borroka provocó la repulsa del conjunto de partidos democráticos a excepción de la ilegalizada Batasuna.
Condena
Fuentes del PNV recordaron que el proceso de paz «no admite ningún tipo de violencia, ni de alta ni de baja intensidad y la kale borroka o la extorsión deben de desaparecer como condición previa al inicio del diálogo que permita conseguir la paz y avanzar hacia la normalización política». El PSE condenó «firmemente» los ataques que según su portavoz en el Parlamento vasco, José Antonio Pastor, «son totalmente incompatibles con la paz». El consejero de Vivienda y Asuntos Sociales del Gobierno vasco, Javier Madrazo, condenó estos ataques e instó a Batasuna a que «si quiere tener credibilidad social y política cumpla los compromisos que asumió en Anoeta». También, el presidente del PP en Vizcaya, Antonio Basagoiti, denunció que estos hechos muestran que «ETA y su entorno no quieren dejar que la sociedad vasca viva en libertad» y «mantienen su amenaza».