-¿Cómo se ha vivido en el equipo el Campeonato Nacional?
-Ha sido el premio al trabajo de todo un año. Nuestro objetivo inicial era el Campeonato de Andalucía, así que esto ha sido como una recompensa extra.
-¿Fue entonces una sorpresa?
-Sabíamos de nuestro potencial, lo que pasa es que cuando acudimos a Vigo nuestro planteamiento estaba basado en hacer disfrutar a los chicos y luego, si se podía ganar, pues mejor.
-Y los chicos ¿cómo se tomaron la victoria?
-No se lo creían. Hay que tener en cuenta que tienen entre 9 y 10 años y ganar el Campeonato Nacional les parecía todo un mundo.
-¿Qué les comentó tras la victoria?
-Tuvimos una charla en la que les expliqué que había sido un gran triunfo y que tenían que sentirlo con mucho orgullo pero a la vez de forma digna y con humildad.
-¿Y cree que seguirán siendo los mismos?
Por supuesto. Tras lograr el campeonato hemos vuelto a jugar en fútbol 7 y han desplegado sobre el campo el mismo coraje del que hacían gala antes de ir a Vigo.
-Como entrenador ¿qué características cree que reúne su equipo?
-Son unos chicos muy luchadores que tienen además unas enormes ganas por aprender. Ambas cosas las han demostrado con creces.
-Sin duda el Berchmans parece más que un equip0...
-Llevo entrenándoles seis años y en este tiempo he sido testigo de cómo se ha formado un grupo. En el campo juegan de memoria y fuera de él les gusta reunirse y pasar el tiempo juntos. Han creado una gran familia.
-Parte de la culpa de eso será suya, ¿no?
-Siempre he intentado mantener un poco de autoridad aun a riesgo de parecer un poco ogro. Quizá por eso ellos tengan más confianza con Manoli, la segunda entrenadora, a la que recurren siempre que les surge cualquier tipo de problema.
--Será difícil igualar este éxito el próximo año...
-La temporada que viene jugaremos nuestro primer año como alevines. Es un año en el que se aprende mucho porque tendrán que enfrentarse a niños más grandes que ellos.