La voz Digital
Miércoles, 21 de junio de 2006
  Alertas   Envío de titulares    Página de inicio
PORTADA NOTICIAS ECONOMÍA DEPORTES OCIO CLASIFICADOS SERVICIOS CENTRO COMERCIAL PORTALES


PORTADA
Opinion
«Nadie se olvida, Platko...»
Imprimir noticiaImprimirEnviar noticiaEnviar

Publicidad

Se creían que, en un mes como éste, con el Mundial a todas horas en nuestros televisores, en la radio y en la prensa, ¿no iba a hablar yo también de fútbol? Pues se equivocaban. No voy a hacer como esa cadena de televisión que se anuncia estos días con el eslogan «Ni un minuto de fútbol». Pero, eso sí, sin faltar a mi costumbre de encabezar cada columna con un verso. En este caso elegí el comienzo del poema de Alberti dedicado al guardameta del Barcelona Platko, el «oso rubio de Hungría», «tigre ardiente en la hierba de otro país»

Porque todo tiene su poesía, hasta el deporte. Hasta el fútbol. Tiene su épica, indudable, en esos partidos donde un equipo modesto se bate en desigual batalla contra un coloso. Y tiene su lírica, en momentos en los que un jugador logra un remate imposible, o inventa una jugada mágica. Al gol único de Marcelino me remito, o a Maradona en cualquiera de sus genialidades, o, para no irnos tan lejos, al niño Fernando Torres, hace una semana, en el histórico partido contra Ucrania.

Aunque me confieso simpatizante del Atleti, no soy una apasionada del fútbol. Sólo veo un partido completo cuando juega la selección española y va ganando. Si empieza a flojear, me retiro por no sufrir. Pero eso no impide que reconozca que el balompié tiene sus momentos de gloria, sus personajes míticos -dignos de figurar en epopeyas y odas-, sus misterios y sus delicias. Que se lo pregunten a mi padre, que se sabe las grandes jugadas de memoria y es capaz de comentarte los goles de Zarra y los paradones de Iríbar, aún hoy, con minuciosos detalles. Si alguno de ustedes no ha descubierto la cara amable o artística del deporte rey (perdónenme el tópico, pero era obligado), le recomiendo que se arme de paciencia. No es cuestión de pasarse estas semanas en la salita de estar, a solas con el televisor pequeño que guardamos para cuando vamos de camping, mientras el resto de la familia se repantiga en el salón con la pantalla de plasma y el comentarista de la Sexta coreando goles y pases magistrales. Saquemos la mejor de las sonrisas, sirvámonos un cubatita, un cuenco de frutos secos y unámonos a la fiesta. Alberti escribió una bella oda al carismático y fornido portero Platko, del que pocos habremos oído hablar; Miguel Hernández, una elegía a un tal Lolo, guardameta del Orihuela CF. ¿Quién quita que cualquiera de nosotros, los no adictos, hallemos la inspiración poética en un raro taconazo de Puyol o en un gesto del temperamental Luis Aragonés?



Sudoku Canal Meteo Horóscopo
Vocento