La buena evolución de la recaudación ha permitido al Estado mantener sus cuentas saneadas en los cinco primeros meses del año. Las arcas públicas registraron un superávit de 10.369 millones de euros hasta mayo, lo que equivale a un 1,07% del Productor Interior Bruto (PIB) y supone un incremento del 43,7% respecto al año pasado. El superávit del Estado, según el secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos, Carlos Ocaña, estará al final de año «muy por encima» de lo previsto (0,4%).
El conjunto de las administraciones públicas, añadió Ocaña, lograrán un excedente en línea con el del año pasado (1,1%, el primero de la democracia), o incluso lo mejorarán «ligeramente». Además, estimó que la deuda se reducirá este ejercicio hasta representar el 40% del PIB, lo que dará margen para futuros incrementos del gasto. El superávit de los cinco primeros meses fue posible gracias a que los ingresos crecieron un 11,8%, hasta los 57.423 millones de euros, mientras que los gastos repuntaron un 6,6%, con un desembolso de 47.054 millones de euros.
Ocaña realizó estas consideraciones durante su comparecencia cuatrimestral en la comisión de Economía del Congreso. PP y CiU, únicos grupos parlamentarios presentes, criticaron el escaso grado de ejecución que han registrado hasta mayo las inversiones y licitaciones comprometidas.
Así, la inversión ha experimentado una caída del 11,9% en los cinco primeros meses, hasta los 900 millones. Los dos ministerios que realizan mayores desembolsos han empeorado su comportamiento. Fomento, que concentra un 76,8% de las inversiones civiles, ha gastado 691 millones, un 16,7% menos. Medioambiente ha invertido 116 millones, 30 menos que hace un año. Ocaña quitó toda importancia a estos retrasos y los achacó a factores coyunturales y de calendario.