La extensa y laureada trayectoria del médico bioquímico Santiago Grisolía, seleccionado en varias ocasiones para el Premio Nobel de Química, así como su magisterio, fueron galardonados ayer por la Fundación Cristóbal Gabarrón con la concesión de su Premio Internacional de Ciencia e Investigación 2006. Un jurado presidido por José Ballesta, catedrático de Biología Celular en la Universidad de Murcia, ha decidido conceder esa distinción a Santiago Grisolía después de estudiar una treintena de candidaturas procedentes de Alemania, España, Estados Unidos, Francia, Holanda, Italia, Japón, México y Rusia.
En su figura «se unen características excepcionales que lo hacen una personalidad única en la investigación científica del último siglo», señala el acta del jurado del que también formó parte Camilo José Cela Conde, director del Laboratorio de Sistemática Humana en la Universidad de Islas Baleares. El fallo destacó también la pronta relevancia internacional que alcanzaron sus estudios en la Universidad de Kansas (Estados Unidos), a la que llegó en la década de los cincuenta desde la de Nueva York, de cuyo Departamento de Bioquímica y Farmacología, dirigido por el profesor Severo Ochoa, fue becario entre 1945 y 1946.
Se convirtió muy pronto «en una de las autoridades máximas en el análisis del metabolismo del nitrógeno y del efecto del ammonio en el sistema nervioso central», resalta el acta junto a su «crucial labor», una vez de regreso a España, como máximo responsable del Instituto de Investigaciones Citológicas de Valencia, entre 1976 y 1992, al que situó «en la élite de la ciencia española».
Grisolía, galardonado en 1990 con el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica, ha publicado más de medio millar de trabajos y a sus 83 años aún desempeña funciones de asesoramiento en numerosas instituciones y fundaciones de todo el mundo, como cuando entre 1998 y 2000 fue presidente del Comité de la Unesco para el Proyecto Genoma Humano.
Nació en Valencia en 1923, estudió el Bachillerato en Cuenca y se doctoró en Medicina por la Universidad de Madrid en 1949, antes de lo cual ya fue becario en la Universidad de Nueva York al lado de Severo Ochoa (1945-1946) y asistente del Departamento de Bioquímica de la Universidad de Chicago (1947). En el Centro Médico de la Universidad de Kansas (Estados Unidos) asumió diversas responsabilidades entre 1954 y 1973, tres años antes de regresar a España para asesorar la labor investigadora de la Fundación Jiménez Díaz (1995-2001) y del Instituto de Salud Carlos III (1996-2001). El Premio Internacional de Ciencia e Investigación 2006 consiste en una escultura de oro, hecha por Cristóbal Gabarrón, que Grisolía recibirá el 6 de octubre, en el Teatro Calderón de Valladolid.