La Feria del Caballo de 2006 bajó el telón sin incidentes de gravedad -a excepción de las peleas registrados en zonas de concentración masiva de personas- y, de nuevo, sin la anunciada participación de los antidisturbios de la Policía Nacional en el dispositivo especial de vigilancia y control.
Para el delegado de Seguridad, Raúl Ramírez, la ausencia de los agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP) implica «otra vez el incumplimiento en lo ofrecido» por la Subdelegación del Gobierno en Cádiz en los sucesivos encuentros de la junta local de Seguridad para preparar ese operativo especial.
De hecho, Ramírez adelanta que los antidisturbios sólo estuvieron en el parque González Hontoria durante una única jornada. El resto de la semana, la seguridad en el recinto ferial correspondió única y exclusivamente sobre los agentes de la Policía Local y de la comisaría de Jerez del Cuerpo Nacional de Policía.
El responsable municipal explica que, en esta ocasión, los argumentos esgrimidos por las autoridades competentes para justificar la ausencia del personal antidisturbios fue «la necesidad de contar con más efectivos en Sevilla, primero por las celebraciones de la Copa de la UEFA, y después por el partido del Sevilla contra el Barcelona». Ya el año pasado se quedó la Feria sin la UIP, y de nuevo el motivo fue otro acontecimiento deportivo de riesgo (un derbi Sevilla-Betis).
El equipo de Gobierno había solicitado que los antidisturbios realizaran patrullar a pie por el Real, priorizando las horas nocturnas a la mañana o la tarde al organizar los turnos de vigilancia. Al final, este refuerzo sólo fue real el miércoles de Feria.
Aún así, Ramírez recalca que «con la Policía Local, los vigilantes municipales y el enorme esfuerzo realizado por los agentes de la comisaría de Jerez del Cuerpo Nacional de Policía, con Manuel Espina al frente, el servicio ha sido correcto, al menos».
Lo normal
El delegado municipal insiste en la ausencia de «incidentes de gravedad», y considera que los problemas registrados «no van más allá de lo normal en acontecimientos que concentran a tantas personas».
La delegada de Fiestas, Ainhoa Gil, va incluso más lejos y asegura que esta última edición de la Feria es «la más tranquilas» de los últimos años, basándose en los datos aportados por la Policía. Con esta información en la mano, Gil también destaca que en ningún momento se han vivido incidentes de importancia, al menos con heridos de gravedad.
Aún así, y según el relato de caseteros y público en general, lo cierto es que desde los primeros compases de la fiesta se vienen registrando altercados en puntos muy concretos del Real, generalmente en las cercanías de casetas juveniles y en torno al botellón.
Sin ir más lejos, durante la última noche (del sábado al domingo) agentes de la Policía Nacional realizaron al menos dos intervenciones en las inmediaciones de la caseta de Juventud, para disolver enfrentamientos y peleas más o menos multitudinarios. La primera actuación fue sobre las ocho de la tarde, y la segunda, alrededor de las dos de la madrugada, y otras fuentes suman otra 'carga' policial a las seis de la mañana.
En este sentido, y a la hora de controlar estos incidentes, el delegado de Seguridad también quiso subrayar que la dispersión de las casetas donde normalmente se concentran gran cantidad de jóvenes ocasiona muchos problemas.
Ramírez advierte que esta medida ocasiona serias dificultades a los agentes para la vigilancia de las zonas más preocupantes, más cuando, prácticamente por norma, el refuerzo de la Policía Nacional con efectivos desplazados desde Sevilla suele ser demasiado limitado, o incluso inexistente. El delegado de Seguridad insiste en que, para próximas ediciones, «habrá que buscar otras soluciones» que arrojen resultados más positivos, aparte de que se repita o no la dispersión.