Los nervios se dejaron sentir en la última y definitiva ronda del Open de Estados Unidos. Phil Mickelson y Colin Montgomerie lo saben bien y padecieron sus efectos, fallando estrepitosamente en el último y definitivo hoyo del torneo, cediendo el triunfo al australiano de 29 años Geoff Ogilvy, que ganó esta 106 edición del torneo y su primer Grande. Miguel Ángel Jiménez fue, una vez más, el mejor español en terminar en un torneo de Grand Slam. Con una discreta ronda de 72 golpes, terminó con +11 en el puesto 16 de la tabla. José María Olazábal fue el primero en terminar con 71 golpes (1 birdie, un eagle y cuatro bogeys); no fue la peor vuelta del español que terminó el 21 de la tabla (+12).

Sin la presión mediática del resto de sus compañeros, Ogilvy fue pasando los hoyos con discretos pares; tres rondas muy buenas de 71, 70 y 72, comenzaba el día con dos birdies, que le colocaron de líder en solitario con dos golpes de ventaja; pero sendos bogeys para cerrar los nueve segundos, dejaron la cosas como estaban, con el escocés y el americano en la cabeza; uno luchando por su primer Salmón y el zurdo a la conquista de su tercer Grande seguido. Ambos se iban marcando mutuamente, pero por detrás se escapaba el australiano Geoff Ogilvy, un jugador que no contaba en las estadísticas y que a mitad de esta cuarta ronda se había unido al grupo de los líderes. Sólo los fallos de sus rivales, cambió la situación a favor del australiano que hace historia en este torneo al ser el segundo de ese continente en ganar este torneo. Primero fue David Graham en 1981.

Marcado por Nueva York

Uno de los primeros recuerdos de Geoff Ogilvy fue la derrota de su héroe y compatriota Gren Norman a mano de Fuzzy Zoeller en 1984, aquí mismo, en Winged Foot. «Fue uno de los primeros videos que guardé en mi biblioteca. Yo tenía 7 u 8 años y recuerdo que Norman terminó con pares sin arriesgar, casi como yo he terminado este torneo», comentó Ogilvy, que ha ganado este torneo en su tercera tentativa.

En total ha disputado diez majors en su carrera. Una combinación de dobles bogeys de Mickelson y Montgomerie, más otro bogey de Furyk permitieron que se convirtiera en un ganador sorpresa de esta 106 edición del torneo. «Ganar un Grande es el sueño de todo golfista; pero que ocurra además en su campo tan significativo para mí como Winged Foot es especial, ¿grandioso!».

«Esta victoria es un orgullo para mi país y todos mis compatriotas», comentó Ogilvy.