Luis Aragonés se mostró cauto en la rueda de prensa previa al encuentro de esta noche ante Túnez. No quiso generar conflictos, ni profundizar en la información publicada ayer por este periódico en la que se aseguraba que estaba harto de la actitud que mantienen Raúl y las otras 'vacas sagradas' del vestuario: Cañizares y Salgado.

Como hoy juega España y lo primordial son los tres puntos para asegurar el billete para los octavos de final, el seleccionador quiso aparcar momentáneamente el conflicto. El técnico, un viejo zorro en el manejo de grupos de élite, mantuvo el tipo como sólo él sabe ante las reiteradas preguntas sobre el 'caso Raúl' y se zafó con cintura de todas las cuestiones relacionadas con el capitán. «No hablo un segundo más de Raúl». La respuesta sonó a sentencia y el encuentro caminó por otros derroteros. Lógico. No era ni el momento ni el lugar para airear los trapos sucios.

Muy cabreado

Después, sin luz ni taquígrafos, el seleccionador nacional confirmó en privado punto por punto la información adelantada ayer por este periódico. Su cansancio y cabreo por el talante de los tres futbolistas citados, que no acaban de asumir su suplencia en el once titular frente a Ucrania y su decisión de mantener el mismo bloque esta noche contra Túnez.

Y no acepta bajo ningún concepto las malas caras que muestran en los entrenamientos, en el comedor, en la charla técnica o en las largas horas de convivencia. Para el seleccionador, esa postura es impropia de profesionales porque cree que están vulnerando uno de los principios básicos del código por el que debe regirse un buen vestuario. Aragonés interpreta el comportamiento de los tres profesionales como un pulso de las 'vacas sagradas' al cuerpo técnico que él encabeza. Y eso le cabrea mucho. Muchísimo. Porque se trata de futbolistas con mucha experiencia en esta selección y deberían ser ejemplares con los compañeros que hoy apuntan a la titularidad.

De momento, Luis ha apostado por mantener la calma y la paciencia. Sabe que todos pueden ser necesarios en lo que queda de campeonato y espera una respuesta profesional. Si España firma esta noche la clasificación para octavos, el seleccionador sopesa la idea de cambiar a los once teóricos titulares para el último encuentro de primera fase. Será ahí, ante Arabia Saudí, donde los suplentes deberán demostrar sus cualidades y cuajar un buen papel para que el seleccionador lo tenga difícil a la hora de confeccionar el once que disputará el primer cruce de octavos de final.