El Ateneo abrió ayer un interesante coloquio sobre el avance del futuro diseño de la ciudad. El moderador, el arquitecto José María Esteban, hizo alusión a la avalancha de proyectos que han presentado tanto el PP como el PSOE y agregó que en la actualidad parece que «hay una subasta para ver quién propone el proyecto más ilusionante o el más rellenante», expresó con ironía.
En la mesa de debate, coincidieron el concejal de Urbanismo, José Loaiza; el portavoz socialista, Rafael Román; el presidente de la Autoridad Portuaria, Rafael Barra y el presidente de la Confederación Provincial de Empresarios, Miguel González Acedo.
Loaiza insistió en que Cádiz es una ciudad terminada y lo que hay que hacer es un «estudio de detalle». Aunque admitió que la capital tiene que «mirar a la Bahía», señaló que el gran obstáculo son los localismos de los diferentes municipios. Del PGOU destacó tres zonas: la necesidad de aprovechar el parque de Las Salinas, la reordenación del polígono exterior de Zona Franca y la intención de crear «hitos» en los nuevos edificios (como las cuatro torres de la avenida Juan Carlos I) que él calificó como «los Guggenheim de la ciudad de Cádiz». Por su parte, Barra pidió consenso para mantener «la escasa actividad industrial que queda en el puerto de Cádiz» y reiteró que la fórmula elegida por el Ayuntamiento para plantear el debate del futuro uso del muelle ciudad no es la correcta, «porque lo que se tiene que hacer es cambiar el Plan Especial del Puerto y que la Junta lo apruebe». Admitió que «hay una relación necesaria con la ciudad que nos acoge» y en ese sentido reconoció que en futuro podría hablarse del derribo de la valla, pero solicitó aplazar ese debate hasta que no se complete el relleno de la ampliación. «Hoy no se puede sacrificar ni un metro cuadrado del puerto», dijo.
Rafael Román criticó la tardanza del PGOU y la falta de documentos públicos para los ciudadanos, tanto en físico como en internet, al tiempo que resaltó las futuras inversiones del Estado en la ciudad.