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Miércoles, 14 de junio de 2006
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SOCIEDAD
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Ramón Jáuregui apuesta por «la prudencia y la unidad» para acabar con el terrorismo
El histórico político vasco participó ayer en el Aula de Cultura de LA VOZ Ante una sala repleta, analizó 'El fin de ETA: riesgos y esperanzas'
Ramón Jáuregui apuesta por «la prudencia y la unidad» para acabar con el terrorismo
DEBATE. Tras la presentación de Juan Carlos Campo Moreno, Ramón Jáuregui ofreció su visión sobre el problema terrorista en la Asociación de la Prensa. / ÓSCAR CHAMORRO
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«Memoria, para los muertos, prudencia, porque no es descartable que haya tensiones en el proceso, unidad, porque hemos de hacerlo todos los españoles, y firmeza, porque es necesario intentarlo». Con estas cuatro palabras «memoria, prudencia, unidad y firmeza» resumía ayer Ramón Jáuregui las claves de la estrategia a seguir ante el futuro esperanzador que ha supuesto el cese de la violencia por parte de la banda terrorista ETA.

El actual portavoz socialista en la Comisión Constitucional del Congreso e histórico dirigente político del País Vasco visitaba ayer Cádiz para ofrecer una conferencia en la Asociación de la Prensa organizada por el Aula de Cultura de LA VOZ, un «prestigioso foro», como el mismo lo definía ayer, donde acudió para «hablar de la paz, de sus riesgos y esperanzas».

Así lo hizo ante una sala completa, entre cuyo público se encontraban, entre otros, Antonio González, director general de LA VOZ, Lalia González-Santiago, directora de este periódico, Luis de Mora-Figueroa, presidente del Consejo de Administración de LA VOZ, o representantes de la política como Rafael Román, Marisa de las Cuevas o Tatiana Sánchez.

Introducido por Juan Carlos Campo Moreno, vocal del Consejo General del Poder Judicial, quien le definió como un hombre «comprometido con la vida, con la sociedad y con la lucha por la libertad», Ramón Jáuregui comenzó su intervención realizando una completa cronología histórica sobre la política del País Vasco indispensable para poder abordar lo que él considera como «la asignatura pendiente de este país», el Fin de ETA: riesgos y esperanzas.

Curtido política y personalmente en el problema del terrorismo -aunque eludió hacer referencia a su vinculación personal ya que asegura sentir «cierto pudor ante el alardeo que algunos hacen del dolor»-, Jáuregui prometió al público presente abordar el tema de la violencia «sin odio, partidismo, ni sentimiento de venganza», sino desde la perspectiva de un «demócrata» que «analiza el presente a la luz de los acontecimientos pasados».

Así, para Ramón Jáuregui la situación actual del alto al fuego indefinido de ETA se debe sin duda a un «trabajo continuado realizado durante décadas». «A Zapatero le ha llegado esta oportunidad de paz, porque antes otros trabajaron por ella, desde Aznar a González, pasando por Suárez», recalcaba ayer este histórico dirigente socialista en defensa de la teoría de que ante el terrorismo sólo puede haber dos bandos, «ellos, los verdugos, y nosotros, las víctimas».

Durante más de una hora, y con un público pendiente de cada detalle, Jáuregui hizo un recorrido por la historia reciente del País Vasco y de la política nacional, comenzando en los años de la Constitución al pacto de Estella-Lizarra -la «etapa del terrorismo más intenso con 100 muertos cada año»-, el periodo que comprende desde la ruptura del pacto de Ajuria Enea en 1998 -cuando «se quiebran las bases de la política vasca»-, el denominado Bienio Negro (2000- 2001) -con atentados a representantes de todas las fuerzas políticas y «cualquiera que se inscribiese en el listado, primitivo y simple, de ETA»- hasta el Gobierno Zapatero en 2004, en cuyo verano ETA decide no matar y limitarse a realizar «actividades de terror contenidas con atentados que sólo intentan expresar su existencia».

Para Jáuregui, iniciativas del Gobierno como las reformas estatutarias, la recuperación del diálogo con las comunidades autónomas o la retirada de las tropas de Irak, la ilegalización de la banda y la eficacia policial junto a acontecimientos como el 11-S y el 11-M, provocan en ETA una «reflexión brutal» que deriva en este «alto el fuego inédito», ya que cómo Jáuregui se encargó de recordar, «esta denominación nunca se había usado, tampoco viene precedido por ningún acuerdo político previo, es unilateral e incondicional y no viene precedido de la violencia», como ocurría en anteriores treguas.

Así, ante un presente en el que para el socialista «hay más confianza de paz en el País Vasco que en el resto de España», Jáuregui considera muy importante para este proceso que «Batasuna llegue a la legalidad pasando por la ventanilla de la democracia y la ley de partidos», ya que augura que su posible futura participación en las elecciones de 2007 la lleven a «apostar definitivamente por la política y el abandono de las armas».

Sin duda para Ramón Jáuregui éste es el momento clave para que, como decía Julio Caro Baroja, el pueblo vasco encuentre las coordenadas en tiempo y espacio que siempre le han faltado.



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