El Pleno del Ayuntamiento de Arcos debatirá en sesión extraordinaria, a celebrar mañana jueves, el reglamento regulador del servicio del taxi en la localidad. La sesión se iniciará a las ocho y media de la tarde y presenta este único punto del día.
Este Pleno extraordinario ha conseguido paralizar las movilizaciones que llevaban a cabo unos cinco taxistas de la localidad pero han encendido al grupo mayoritario que ha comenzado a dejar de prestar servicio. Ayer por la tarde, a eso de las ocho, era imposible coger un taxi en la parte más alta del pueblo. Además esta huelga se extenderá, al menos, a lo largo del día de hoy. Por otro lado, para mañana jueves, el colectivo de la zona alta ha anunciado que se personará en el Pleno municipal acompañado de familiares y vecinos que quieran apoyarlos.
Colectivo dividido
El servicio del taxi arcense se encuentra dividido, los taxistas de la zona alta y los de la zona baja viven en plena disputa por defender cada uno sus intereses. Los de la zona baja reclaman libertad de parada para poder optar a un mercado mucho mejor que el de donde desempeñan su función. Los de la alta consideran que las licencias de los anteriores fueron más baratas, hasta cuatro veces menos, que las suyas y que cada uno debe ejercer en el lugar para el que adquirió su derecho. La alcaldesa de Arcos, Josefa Caro, ha querido dejar claro que «no se trata de posicionarnos del lado de uno o de otro pero está claro que no podemos seguir adelante con un sector enfrentado». Además considera que «por encima de los intereses particulares de unos y otros este es un servicio público y de momento los ciudadanos están obteniendo un mal servicio, cosa que no podemos permitir los responsables políticos».
Entre las deficiencias del taxi en Arcos la alcaldesa ha querido destacar alguna de ellas: «el servicio telefónico es deficitario, una cabina de teléfono en la calle que atienden los propios taxistas, y en muchas ocasiones ni siquiera se atiende porque ninguno se encuentra por alli; en ocasiones no hay taxis en la zona alta mientras que los de la baja están parados, todo ello en detrimento del usuario; los fines de semana hay una desorganización enorme, la mayoría no hay taxis disponibles; algunas zonas del municipio no son cubiertas, sabemos de casos que turistas que se han tenido que ir andando al Santiscal, a varios kilómetros, por falta de servicio público; no es este un servicio propio del turismo de calidad que se quiere instaurar en la localidad y además existe un descontrol enorme con las tarifas, cada uno cobra lo que quiere y cuando quiere».
Quejas ciudadanas
En el asunto de las tarifas muchos son los ciudadanos que han mostrado sus quejas porque por un mismo trayecto unas veces pagan un precio y otras otro totalmente diferente. En este sentido una vecina, Mercedes, nos comenta «a mi me ha llegado a cobrar algo distinto incluso el mismo taxista y dos días seguidos, cuando le dices algo te responde que depende de los bultos que lleve, algo que es inexplicable». Estas quejas suelen ir dirigidas al sector del taxi del barrio bajo.
Una medida que, casi con toda seguridad, saldrá adelante es la de instaurar un servicio central donde se recepcionen las llamadas telefónicas y se gestionen los servicios. Tanto el equipo de Gobierno como los taxistas han mantenido conversaciones con servicios de teletaxi de otras ciudades para mejorar el arcense, caso del taxi de Sanlúcar y Chiclana.
Los taxistas de la zona alta, donde se ubican 13 de las 18 licencias totales del Ayuntamiento, no han acogido de buen grado esta decisión de los políticos de aprobar el reglamento del taxi «con tanta celeridad». El representantes de estos profesionales, Juan Luis Márquez, muestra el malestar del colectivo porque «no se ha contado con nosotros para negociar, se nos ha llamado para que aprobáramos un acuerdo del colectivo de la zona baja, cinco taxistas, y PSOE e IU, nosotros no podemos pasar por eso».
Coste de las licencias
Además comentó que «a pesar de las diferencias, la negociación es posible, al menos por nuestra parte, pero lo que no puede ser es que ellos impongan sus razones y nadie nos escuche a nosotros. Ellos pagaron 6.000 euros por sus licencias porque las compraban para aquella zona, nosotros 24.000». «Además basta con preguntarle al pueblo de Arcos, los de la zona baja no aceptan las tarifas oficiales, cobran lo que quieren y no quisieron formar parte de las guardias voluntarias para mejorar el servicio, ellos sólo quieren participar de lo que nosotros hemos creado, nuestro negocio». El colectivo concreta «la zona del Barrio Bajo cuenta con 9.000 habitantes pero ellos no han cuidado a los clientes. Mucha gente de allí nos llaman a nosotros, teniendolos a ellos a dos pasos y ahora quieren aprovecharse de lo nuestro».