Desde que amanece, todo lo que le rodea está impregnado por su oficio y pasión. Tanto en la aulas en las que imparte clase, como en cada uno de los rincones de su taller, las musas revolotean alrededor de este artista que ha hecho de la pintura, y el arte en general, la máxima de su existencia.
Profesor de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid y artista consagrado, Francisco Molinero Ayala ha hecho un esfuerzo por recopilar las obras más representativas de los últimos cinco años para exhibir en Cádiz un pedacito de su esencia, de su trabajo, de su vida.
Así, desde mañana, la Galería Benot exhibe quince obras de este artista jiennense escogidas de entre todas las exposiciones que ha realizado entre 2001 y 2006, «y algunas novedades aún no mostradas» -matiza Molinero Ayala-.
Entre acrílicos, óleos y técnicas mixtas, esta muestra significan para el artista algo más que sus últimos trabajos, simbolizan «la representación de mis vivencias» que han quedado patentes en la cada una de las obras.
Enmarcado por oficio y tradición dentro de la corriente abstracta, Molinero Ayala asegura que en su obra también cobra presencia la figuración a través de elementos más representativos, pues, «en realidad, no existen como tales las diferencias entre abstracción y figuración, puesto que no creo en la pureza de ninguno de estos estilos».
Precisamente, esta indeterminación de géneros es lo que más fascina de su obra, unos trabajos que el define como «abstracción lírica» que le permiten mezclar distintas técnicas y estilos. «Es lo bueno que tiene esta profesión, la libertad, que te permite una y otra cosa sin necesidad de anclarse».
Libro inédito
Junto a las quince obras -que permanecerán en la galería hasta el 9 de julio-, Benot también acogerá la presentación de un «libro inédito» donde el artista ha plasmado en 22 pliegos por ambas caras los «dibujos más representativos» de su trayectoria.