Comprendo que a primera vista el título de esta columna pueda causar confusión. No obstante, si tienen la amabilidad de leerla hasta el final, entenderán por qué he decidido titularla de esa y no otra forma.
Sé que a estas alturas es inevitable y, sin dudas, sabrán que estamos en el mes del mundial de fútbol. Todos los ojos se dirigen al televisor para contemplar las imágenes que nos sirven desde los fantásticos estadios, que nuestros vecinos comunitarios han remozado para tan magno acontecimiento. Afortunadamente, como este mundial se celebra en un país cercano, no existen esas abismales diferencias horarias que tuvo el anterior de Corea, lo que permite a los aficionados llegar felices a sus puestos laborales, sin aquellas ojeras que se veían hace cuatro años, cuando había que pasar la noche en vela con tal de poder seguir los designios del mundial, en general, y de nuestra nunca bien ponderada Selección, en particular.
Sin embargo -que quieren que les diga-, a mí todo lo que suene a fútbol me trae sin cuidado, Da igual que sea la liga, la copa, la UEFA, el mundial e incluso creo hay algo por ahí que se llama inter-toto y que también es fútbol. ¿Me importa un comino!
Sé que suena a tópico, pero no pierdo la cabeza por pasar dos horas viendo a veintidós señores entretenerse pasándose un balón, bajo la atenta mirada de los árbitros, cuando cada uno de ellos alcanza un sueldo anual que supera al mío, en el cómputo global de toda mi vida laboral.
Pero no crean que mi falta de afición al deporte rey me provoca algún tipo de trastorno mental, pues afortunadamente -y aquí enlazo con el titular de la columna-, me ha tocado vivir en una ciudad en la que puedo obviar el divertimento del balompié, sin temor a aburrirme un sólo día y ello, gracias a nuestros políticos -los locales se entiende- que se empeñan, a marchas forzadas, por darnos el año pre-electoral mas divertido de los que mi mente recuerda.
La última ha sido chispeante, graciosa y cuanto menos digna de record «Guinness». Les sitúo: mañana del pasado miércoles, desayuno de trabajo de nuestra Alcaldesa con los periodistas. En él se anuncia que Jerez contará con un nuevo Hospital -que falta hace-, e incluso indica que su inauguración se producirá en la próxima legislatura, sobre 2011. No pasan 24 horas, cuando el responsable provincial en tal materia: el Delegado de la Consejería de Salud, desmiente a nuestra querida Gobernanta, indicando que la Consejería no tiene entre sus prioridades la de construir un segundo Hospital en Jerez.
¿A que resulta más divertido que un simple partido de fútbol? Jamás he asistido a un desmentido más raudo -de ahí lo del record-, y además, si se lo proponen como ejercicio para mantener su mente en forma, intenten despejar la siguiente incógnita: ¿A quien creemos?
De un lado, si la Alcaldesa afirma que Jerez tendrá nuevo Hospital, habrá que creerla. Ella es la responsable directa de mi ciudad y su palabra, al menos en pura teoría, vale su peso en oro. Pero de otro, si el «paganini» de la obra: la Consejería de Salud, no tiene dicha obra contemplada en sus presupuestos la cosa comienza a oler muy mal.
Además, conociendo como se llevan últimamente, dudo que la Gerencia Municipal de Urbanismo, cuyo responsable es quien usted y yo sabemos, acepte afrontar en solitario una obra de tal magnitud, máxime sabiendo que la Junta no está por la labor y que además no le dan su préstamo.
No me negaran que la historia es cuanto menos mas rocambolesca que un simple partido de fútbol en la tele, por mucho mundial de que se trate. Les adelanto que se nos avecina un año cargado de declaraciones, críticas, opiniones y argumentos para todos los gustos. Además, me dice un pajarito, que una vez pase el verano asistiremos en Jerez a más inauguraciones de las que se han producido durante los tres largos años que llevamos de legislatura. Si quieren les adelanto alguna: ronda oeste, parque escénico, iluminación de la Avenida del Altillo, que aunque se usa desde antes de feria aún sigue a oscuras y, así hasta el infinito y mucho más.
Comprendo que la política no agrada a muchos de ustedes, pero ¿a que resulta más divertida que pasar horas inertes en el sofá viendo jugar al fútbol!...