La expedición del DKV Joventut se desplazó ayer a Málaga, donde hoy se enfrenta al Unicaja en el quinto y definitivo partido de la semifinal de la ACB, con la moral reforzada tras remontar un 0-2 inicial.

Una victoria en el Martín Carpena significaría para la Penya la posibilidad de disputar de nuevo una final de la Liga ACB, un logro que no alcanza desde hace catorce temporadas.

En los dos partidos disputados en Badalona, el DKV ha vuelto a mostrar ese juego intenso, físico y lleno de talento que le ha llevado a hacer la mejor temporada de los últimos años.

De esta manera, ha conseguido algo que parecía impensable tras las dos primeras derrotas sufridas en Málaga: forzar el quinto partido.

La clave será saber si el conjunto catalán logrará imponer su mayor poderío físico y beneficiarse de su gran estado mental o, por el contrario, el Unicaja reaccionará y aprovechará el volver a disputar el partido ante sus aficionados para imponer su juego más elaborado y de posición.