Hay que ver el revuelo que se montó hace unas semanas cuando un diputado del PSOE- Los Verdes pedía una ley en la que se respetará los derechos humanos de los simios. Muchos políticos y ciudadanos críticos con éstos hagan lo que hagan, pusieron el grito en el cielo y poco menos que mandaron a este representante de los ciudadanos en Cortes y al propio Zapatero a la hoguera.

Pues hete aquí que esta semana, uno de estos bicharracos peludos, Guillermo para más señas, protagonizó casi todas las portadas de los periódicos locales sólo por el hecho de ir de visita al dentista.

El antropoide, que sufría una caries y un quiste, aparece en las instantáneas de los más relajadito, con anestesia general y junto a su cuidadora como si fuera un bebé de guardería, y resulta que el tío tiene más de veinte años. Los animales de dos patas nos pasamos horas y horas en las consultas de los hospitales, esperamos días para el médico de cabecera o meses si es un especialista.

Tendrían que reflexionar aquéllos que querían incinerar al probe diputado socialista. Cómo que los monos no tienen derechos. Vamos hombre, si llegaron al espacio antes que el ser humano y al fin y al cabo en la escala evolutiva son los primeros.

No se acuerdan de Zira y Cornelius, que salvaron a Charlton Heston de las garras del doctor Zaius. Pues va a ser que sí, que Guillermo o Willy, como prefieran, va a sentar un precendente y el diputado en ciernes tiene una nueva oportunidad para clamar por esos derechos.