En el entrenamiento vespertino del sábado se vivió una escena singular. Mientras los jugadores se estiraban, a más de cien metros del público y de los periodistas, Aragonés se acercó a Cañizares y se puso a hablar con él. El seleccionador hizo dos o tres aspavientos, dio una palmada al portero y se fue. Estas imágenes fueron captadas por varias televisiones y la polémica comenzó a tomar forma. ¿Era una bronca de Luis a un jugador que no acaba de asumir su condición de tercer portero? Una de las cadenas que emitió la imagen contrató los servicios de un especialista en lectura de labios y, por lo visto, sí. Era una bronca. Y fuerte. Un notición, pues. «Si no estás contento te vas para casa», dictaminó el lector de labios. Ayer llegaron los desmentidos. Los dos protagonistas coincidieron en que todo fue una broma. Así lo aseguró Cañizares. Luis Aragonés fue más contundente y juró por sus hijos que todo fue una broma. Al parecer, una chanza relativa a que en el Valencia los porteros entrenan a veces con pelotas de tenis. Pues te traes una raqueta, parece ser (quién lo sabe) que le dijo Luis a Cañete. El caso es que la polémica se disolvió. Hasta la próxima.