Heather Mills ha sido una chica mala. Muy mala. De jovencita debía ser bastante juguetona, traviesa, aficionada a látigos y esposas. Tampoco le hacía ascos a la lencería comestible y los aceites corporales. Todo esto y más se puede ver en unas tórridas fotografías publicadas por el no menos incendiario tabloide británico The Su'. La ex esposa de Paul McCartney -la pareja se está divorciando- se exhibe sin ningún recato junto a un musculoso modelo que ya amenaza con hablar de lo que sucedía «después de las sesiones fotográficas».

Las controvertidas instantáneas, que podrían cambiar el rumbo de un divorcio multimillonario -la joven pide 300 millones de euros-, fueron tomadas cuando Mills apenas sumaba 18 primaveras. Según la prensa británica, el compendio fotográfico está incluido en un libro alemán titulado Die freuden der liebe (Las alegrías del amor). Al enterarse de que su pasado la había jugado una mala pasada, la otrora modelo emitió un comunicado de urgencia para aclarar lo ocurrido: «Estas imágenes, tomadas hace casi 20 años, forman parte de una guía sexual instructiva. No son pornográficas porque no están destinadas a provocar la gratificación del consumidor».

La explicación está bien, pero no hay quien se la crea: en esta obra didáctica no aparece ni una sola palabra. Es más, el contenido es tan fuerte que The Sun tuvo que censurar casi todo el material. De las 172 instantáneas, sólo se han reproducido seis.

Paul McCartney, que se declaró «furioso», salió ayer en defensa de su ex: «No puedo creer la crueldad manifiesta contra Heather. No hay nada que no conozca de su pasado. Nada». Pero las palabras se las lleva el viento. Más de uno piensa que se trata de una maniobra del ex beatle para abaratar los costes del divorcio, en el que hay más de 1.000 millones de euros en juego.