El Ejecutivo espera que la concentración de hoy de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), secundada por la cúpula del PP, será un punto de inflexión a partir del cual se podrán buscar puntos de aproximación. En anteriores ocasiones, el Ejecutivo se mostró comprensivo, aunque no compartiera los motivos, con las movilizaciones de la AVT, e incluso Rodríguez Zapatero recibió a sus representantes, pero en esta oportunidad la vicepresidenta enjuició por primera vez la protesta en términos muy duros.
Fernández de la Vega distinguió ayer entre las víctimas, que tienen «todo nuestro respeto», y los que «quieren apropiarse de su dolor con fines partidarios», en obvia alusión al PP, que sólo merecen «nuestra reprobación».
Por su parte, los convocantes y quienes apoyan la manifestación por las víctimas del terrorismo han hecho un llamamiento a la participación ciudadana en este acto, con el que quieren evitar que el Gobierno «se siente a negociar» con ETA en aras de un «mal llamado proceso de paz».
Así lo expresaron ayer Francisco José Alcaraz, presidente de la AVT, convocante del acto, y Jaime Mayor Oreja, portavoz del PP en el Parlamento Europeo, tras asistir a la entrega del Premio de la Tolerancia de la Comunidad de Madrid a Pilar Elías, edil popular en el País Vasco y viuda de Ramón Baglietto, asesinado por ETA en 1980. El acto reunió en la madrileña Puerta del Sol a un importante número de políticos, víctimas y ciudadanos.