Las investigaciones en torno al pesquero Miss, que fue auxiliado frente a las costas de Huelva con 223 extranjeros a bordo, marchan a un paso ralentizado por culpa de las dificultades que está encontrado la Guardia Civil para confirmar las identidades de los siete tripulantes detenidos. A este problema se añade el miedo de los inmigrantes trasladados a Algeciras, que se niegan a hablar por temor a las represalias de la organización delictiva que les vendió el pasaje. En el día de ayer, la Guardia Civil terminó de tomar manifestación a la tripulación, que serán llevados hoy por la mañana a los juzgados de San José de la capital gaditana para presentarse ante el titular del nº4 de Cádiz. Los siete extranjeros, que aseguran proceder de Gambia, Mauritania y Senegal, han facilitado unas identidades que la Guardia Civil cotejó ayer con el Servicio Central de Identificación (Said). También se recurrió a la Interpol, que en el caso de no tener ninguna referencia de estas personas, solicitará la colaboración de los supuestos países de procedencia.
Además de tomarles declaración, la Guardia Civil está estudiando los documentos y las cartas náuticas halladas en el interior del buque. Una de ellas fija como último punto de navegación las inmediaciones de Doñana. A día de hoy no está confirmada la ruta que cubría el Miss, que pudo servir de barco nodriza para otras embarcaciones que cargarían con los inmigrantes hasta llevarlos a puertos griegos o italianos. En este trabajo para desentrañar las intenciones de la tripulación, la Guardia Civil se está valiendo también de instrumentos requisados como el GPS.
La inspección realizada a las dependencias del arrastrero evidenciaron que el barco estaba preparado para el transporte de personas. Había aire acondicionado con el fin de tener ventiladas las estancias en caso de esconder a todo el pasaje en el sollado y las bodegas. Igualmente, en la cubierta se observaban restos de comida, de barreños con harina, ollas quemadas y diversas alfombras que los musulmanes utilizan para sus rezos. Así, a diferencia de otros contingentes de sin papeles que realizan duras travesías por el mar, en este caso el pasaje llegó en muy buenas condiciones, salvo dos personas que aún siguen hospitalizadas en Cádiz. Un detalle que llamó la atención a los integrantes del dispositivo montado en el puerto de Cádiz era la limpieza de las ropas y los zapatos de los extranjeros; lo que hace sospechar que pudieron subir al barco en alguna escala.