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Viernes, 9 de junio de 2006
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La fiebre de 'O Rei Midas'
Cerca de 25.000 aficionados atiborran el entrenamiento de Brasil con Ronaldo ausente por un proceso febril
La fiebre de 'O Rei Midas'
SAMBA. Los aficionados brasileños disfrutaron en la jornada de 'puertas abiertas'. / EFE
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Cerca de 25.000 aficionados atiborraron ayer el modesto estadio de Offenbach, al sur de Francfort, para asistir en un delirio febril al único entrenamiento abierto al público previsto por Brasil antes del comienzo del Mundial de Alemania. La fiebre, 37 grados raspados, apartó del ejercicio por precaución a Ronaldo, que echó la siesta mientras sus compañeros disputaron un partidillo con marcador inaugurado por Robinho, circunstancial sustituto en el 'cuadrado mágico' junto a Ronaldinho, Adriano y Kaka.

Todo lo que toca Brasil se transforma en oro auriverde. 'O rei Midas' rentabiliza hasta los entrenamientos. El cantón suizo de Weggis lo había comprobado con la estancia preparatoria durante dos semanas de los cariocas. Aquella fue una quincena fantástica para las siempre bien surtidas arcas helvéticas. Pocas veces un anfitrión ha desembolsado diez millones de euros con mayor alegría. Las cuentas de resultados prometen pingües beneficios, Dinero contante y sonante a ritmo de samba.

Paga el Ayuntamiento

El ayuntamiento de la pequeña localidad, de 4.000 habitantes, pagó la factura del hotel con ayuda de la empresa de mercadotecnia deportiva Attaro. En total, los 70 integrantes de la delegación brasileña ocuparon las 34 habitaciones y nueve suites del Park Hotel. A cambio, los interesados filántropos se quedaron con la taquilla de los dos partidos amistosos disputados por la 'seleçao' el 30 de mayo y el 4 de junio. Attaro también se embolsó los ingresos de los catorce entrenamientos celebrados en suelo confederado: 650.000 euros, producto de la venta de 50.000 entradas a 13 euros la unidad.

El municipio de Weggis se reservó los derechos televisivos por la retransmisión 'urbi et orbi' de entrenamientos y amistosos, un acontecimiento inédito a esta escala en los mundiales. A tal efecto se construyó expresamente un estadio con un aforo de 5.000 espectadores, platós y puestos de comentarista que costó un milón de euros. La inversión fue sufragada por el dueño de la empresa Thermoplan, encantado de ceder un solar contiguo a su fábrica para promocionarla por todo 'o globo'.

En Alemania, el negocio es forzosamente menor. La competición se aproxima y el circo debe ceder paulatinamente sitio a las cosas serias. Sólo los periodistas, en torno a los 300, han tenido acceso a los entrenamientos registrados durante esta semana en Könisgtein, ciudad-dormitorio de 18.000 habitantes para ejecutivos a las afueras de Francfort. Pero como la FIFA obliga a celebrar al menos una sesión preparatoria con público antes del torneo, la Confederación Brasileña de Fútbol (CFB) aprovechó la oportunidad para agasajar a sus hinchas también en el estado federado de Hesse.

La masiva operación puertas abiertas tuvo lugar en Offenbach, a 35 kilómetros de su cuartel general, en el estadio del 'segunda' de la Bundesliga Kickers Offenbach, cuyo césped fue replantado en algunos sectores. Esta vez la fiel hinchada no tuvo que retratarse, como ocurría en el país de la banca y las finanzas. La entrada gratis facilitó un lleno hasta la bandera en una tarde soleada. No faltó el grupo de samba, con toda la batería de percusiones, desplazado desde Pforzheim, a cerca de 200 kilómetros. Ni las camisetas del Barça, las mulatas despechugadas o las gargantas desgañitadas en reclamo de la atención de sus ídolos.

A los torcedores poco les importan las diabluras nocturnas de los atletas de Cristo. El 'Bild', el diario más vendido de Europa, ha contado con todo lujo de detalles y etiquetas la juerga que se corrieron el domingo en una discoteca de Francfort Emerson, Robinho, Adriano, Cafú, Julio César, Ronaldo y Roberto Carlos. Los dos últimos ya habían aparecido en la portada del diario suizo 'Blick', fotografiados de madrugada en otro club de y con Ginebra. «Si tienen permiso, pueden hacer lo que quieran», comenta en eco a las palabras de Parreira una linda 'canarinha', el gesto pícaro maquillado de amarillo. Según un sondeo del diario 'O Globo', el 78% de sus lectores ve bien que los jugadores trasnochen, tomen copas o salgan de marcha con autorización del seleccionador.

Ambiente discotequero

Canciones de los colombianos Shakira y Juanes y temas del grupo mexicano Maná pusieron por megafonía el apreciado ambiente discotequero al entrenamiento. La locución, en alemán y brasileiro, corría a cargo de una pareja de animadores que se ayudaba del ábum de cromos Panini para identificar a los jugadores. Cerca de la banda, un tipo disfrazado de Lula gastaba bromas para el programa 'Show Match' del Canal 13 de la televisión argentina. «Ay, ay, ay; ese Lula es de Paraguay», le coreó el tendido de sombra.

Rodrigo Pavia, portavoz de la selección, explicó que Ronaldo se iba a ejercitar por separado con el fisoterapeuta en Könisgtein. Pero estaba Ronaldinho, tocado con un pañuelo. En una de éstas, un crío de unos diez años burló el cordón de seguridad y corrió con papel y bolígrafo en la mano en busca de un autógrafo del 'balón de oro'. Neutralizado por varios agentes y antes de ser expulsado, el Gaucho de Porto Alegre le estampó su firma al chaval, enfundado en la camiseta canarinha de su ídolo. Testigos de excepción del incidente fueron Zagalo y sus colegas del staf técnico, aposentados en una fila de una docena de sofás de terciopelo grana alineados al borde de la cancha. Como en el teatro. O el circo.



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