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Miércoles, 7 de junio de 2006
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ESPAÑA
ESPAÑA
Rajoy proclama la ruptura de toda relación con el Gobierno por la gestión del proceso de paz
El presidente del PP explica que a su partido no le basta con que Batasuna renuncie a la violencia y cambie de nombre porque seguirá siendo lo mismo Zapatero no variará sus planes pese a la ruptura anunciada por el líder de la oposición, al que ofrece pactar el inicio del diálogo con ETA
El líder de la oposición proclamó ayer oficialmente la ruptura de su partido con el Gobierno en materia antiterrorista y lo hizo ante el Congreso en la segunda parte del pleno que votó las resoluciones del debate sobre el estado de la Nación. Mariano Rajoy explicó que la apertura del diálogo entre el partido del Ejecutivo y Batasuna supone «compartir con ETA el diseño del futuro de España y del País Vasco».

Ésta fue la causa esgrimida por el presidente del PP para comunicar a la Cámara que su partido «rompe toda relación con el Gobierno del señor Rodríguez Zapatero, le retira el apoyo que venía prestándole y pondrá todo su empeño en que no se consume lo que consideramos un grave atentado contra el orden jurídico, la legalidad democrática, el Estado de Derecho y la seguridad de los españoles». Rajoy atribuyó toda responsabilidad de este divorcio político al presidente del Gobierno, quien dejó claro que no va variar sus planes sobre el proceso de paz pese al anuncio de Rajoy. José Luis Rodríguez Zapatero dijo estar en condiciones de abrir ya el diálogo con ETA, pero prefirió aplazar el anuncio hasta conseguir el respaldo del líder del PP, al que invitó a acordar la fecha de comenzar las conversaciones. Un ofrecimiento que resultó ser en vano.

En un gesto sin precedentes, el líder de los populares actuó como portavoz de su grupo parlamentario. En esta segunda oportunidad, se sacó la espina del debate de la Nación de la semana pasada en el que renunció a discutir con el jefe del Gobierno sobre la política antiterrorista. En esta ocasión, entró a fondo en la cuestión.

Explicó que el apoyo inicial del PP al Gobierno le costó «personalmente, numerosas críticas», pero dijo que mantuvo «un prudente silencio» en aras de un «bien superior» y con el objetivo de dar al Gabinete de Rodríguez Zapatero una oportunidad de explorar si ETA ha decidido dejar las armas.

Sin respuesta

Se quejó de no haber recibido respuesta alguna por parte del presidente, al que acusó de haber incumplido sus compromisos al anunciar la apertura del diálogo político con Batasuna. «Se ha dicho, ofendiendo a la inteligencia de los españoles, que no se trata de una negociación política sino de un ejercicio altruista de catequesis democrática», añadió. Para el líder de la oposición, la apertura de una mesa política con el partido de la banda armada supone «compartir con ETA el diseño del futuro de España y del País Vasco».

Rajoy dejó claro que para el PP, Batasuna es lo mismo que ETA y, como es una formación ilegal, «nadie debe negociar con ella con mesa o sin mesa». El dirigente popular, además, anunció que no dará por buena la creación de una nueva fuerza política, heredera de Batasuna, que pretenda ser legal mediante la condena de la violencia, tal y como exige la Ley de Partidos Políticos. Exigió la previa desaparición de la banda para admitir un nuevo partido legal de la izquierda abertzale.

Es lo mismo

«Parece ser -dijo- que el Gobierno aguarda impaciente a que, esa parte de ETA que figura como Batasuna haga algún gesto que permita legalizarla». Sin embargo, advirtió de que «con este nombre o con cualquier otro, diga lo que diga y jure lo que jure, seguirá siendo lo mismo que ha sido siempre, lo único que da sentido a su existencia: un apéndice de ETA».

A primera hora de la tarde, todo hacía prever que iba a ser un rutinario pleno de aprobación de las resoluciones del debate sobre el estado de la Nación, pero el presidente del Gobierno desmintió todos los anuncios de La Moncloa de que no iba a intervenir en el pleno y, al mediodía, tomó la decisión de subir a la tribuna para ratificar su compromiso de llevar adelante el proceso de paz porque «hay bases sólidas» e intentar que el PP se subiera a ese carro.

Rodríguez Zapatero ofreció así a Rajoy la oportunidad de un nuevo debate tras el de la semana pasada. Intervino de forma «excepcional» y reclamó a Rajoy que reconsidere sus «palabras de ruptura» porque, aunque dijo estar en condiciones de dar «hoy la señal» de apertura de contactos con ETA, no lo hace porque quiere que sea una decisión «compartida» con el principal partido de la oposición, ya que lo que «no merece la paz es la ruptura de los demócratas».

Pero junto a las palabras conciliadoras, intentó colocar al PP frente al espejo de las, en su opinión, contradicciones. Recordó que durante la tregua de 1998, José María Aznar gozó del respaldo «sin fisuras» de los socialistas pese a que no fueron informados de los contactos con ETA, «salvo por un mensaje en el buzón del móvil de Rubalcaba».

Zapatero dijo estar dispuesto a olvidar las críticas, pero rechazó las palabras de Ángel Acebes de que comparte «el proyecto político» de ETA. Tras este desahogo, volvió a la senda conciliadora y anunció: «Me tomaré todo el tiempo necesario para que podamos tener el mayor consenso con diálogo» para anunciar la apertura del diálogo con ETA.



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