L os niños se convirtieron ayer en los grandes protagonistas de la Feria de Puerto Real. Al menos un millar de infantes se agolparon alrededor de las atracciones infantiles instaladas en la denominada calle del Infierno del recinto ferial. Acompañados de sus padres, los pequeños disfrutaron de los cacharritos y observando las caras de los progenitores se podría decir que éstos gozaban tanto o más que los niños.
Los menores pudieron aprovechar ayer para estar hasta última hora en la Feria porque hoy viernes es un día no lectivo. Así, sacaron el máximo provecho al Día del Niño, en el podían subir a las 29 atracciones infantiles, incluidas la montaña rusa, el Tirachinas y el Kao, bajo el precio único de un euro. La calle del Infierno estaba totalmente repleta.
Según comentó el concejal de Fiestas, Pedro Sánchez Contreras, este año se han contabilizado más de 300 solicitudes para instalar atracciones o puestos de ventas, y, finalmente, se han adjudicado más de 138 parcelas destinadas a alimentación, los tradicionales puestos de turrón, casetas de tiros y juegos, tómbolas, helados, fotografía y chocolatería.
Pero no sólo abundan los puestos en la Feria, este año los puertorrealeños disponen de 24 casetas en las que bailar y tomarse unas copitas con los amigos, una más que el año pasado. De hecho, con este incremento se ha conseguido el mayor número más elevado de casetas que ha tenido nunca el recinto ferial. Algunas de estas son la tradicional caseta Municipal, Tal Como Somos, Amigos Pa Siempre o Peña 5x5 o Hay Moros en la Costa, donde fue premiado el jugador cadista Juanjo Bezares por la Sección Porveta. Además, algunas asociaciones tampoco han querido dejar pasar la oportunidad de seguir atendiendo a sus asociados en la Feria y para ello cuentan con módulos el centro de día de mayores o la Asociación Puertorrealeña de Empresarios y Comerciantes.
Ayer, rompiendo con la tradición reinante en los últimos años, se pudo disfrutar de un gran ambiente de tarde. Prueba de ello es la multitud de jóvenes que colapsaron las casetas que ocupan la zona de la movida y que se encontraban a rebosar. Y como no, en las afueras, varios grupos se agolpaban en torno a un botellón.
Para completar la fiesta, no sólo niños y jóvenes pudieron disfrutar del Real, ya que en la caseta La Casa de Cuba, los más veteranos pueden disfrutar de sus ratos de tranquilidad y sosiego a ritmo de salsa. Una iniciativa que, a buen seguro, se convertirá en uno de los grandes atractivos de la presente edición de la Feria de la Primavera.