Malas noticias para los bolsillos. La inflación anual subió al 4,1% en mayo, dos décimas más que en el mes precedente, según el indicador adelantado que publica el Instituto Nacional de Estadística. Es el peor dato registrado en ese periodo desde el año 2001 -se situó en el 4,2%- y su publicación constituye una sorpresa desagradable para todos los agentes económicos.
La estimación avanzada se elabora con criterios armonizados para toda la Unión Europea, y suele estar muy próxima a la variación del Índice de Precios de Consumo nacional, que el INE dará a conocer el próximo 13 de junio.
Los analistas habían previsto un comportamiento algo mejor, pero el repunte del precio del crudo ha dado al traste con sus proyecciones. También constatan los expertos la resistencia de muchos servicios que se prestan al margen de la competencia exterior a moderar sus precios.
Moderación
El propio secretario de Estado de Economía, David Vegara, confió semanas atrás en el paulatino descenso de la tasa nacional de inflación e incluso apuntó que podría producirse «ya a partir del próximo mes», aunque tuvo que reconocer que «la inflación se moderará de forma más lenta de lo inicialmente previsto».
El horizonte del 2,5% al 3% de inflación que se había apuntado para la primavera o el arranque del verano se ha visto dinamitado por los efectos directos de la nueva fase de encarecimiento del crudo. Las autoridades económicas -que a principios de año aún confiaban en cumplir el objetivo de acabar el ejercicio en el 2%- se consuelan con la idea de que aún no se perciben efectos «de segunda vuelta», es decir, que todavía no pagamos el impacto del petróleo caro en los precios finales de otros bienes y servicios ni se detecta el consiguiente endurecimiento de las demandas salariales.
El dato de mayo provocó la inmediata reacción de la oposición. El secretario ejecutivo de Economía y Empleo del PP, Miguel Arias Cañete, lo calificó de «catastrófico», lamentó que los precios sigan rebasando el 4% y denunció que desde 1990 la inflación española no había permanecido en esas tasas durante tantos meses. Por su parte, el coordinador ejecutivo de Economía de IU, Javier Alcázar, considera que el incremento del coste de la vida en mayo «muestra las crudas tensiones estructurales en materia de déficit exterior, productividad, precios, economía sumergida y fraude que padece España».