Dos factores confluyen para hacer florecer los pequeños hoteles con encanto en Cádiz: la falta de terrenos lo suficientemente grandes para los proyectos de las poderosas cadenas hoteleras y la creación de un mercado para este tipo de establecimientos.
De hecho, la especialización del turismo ha hecho que se desarrollen páginas de internet y paquetes turísticos que están enfocados a un nivel socio-cultural más amplio, a pesar de que estos pequeños hoteles no dispongan de los lujos y la vistosidad de los modernos y espaciosos establecimientos de las cadenas.
En la actualidad hay tres proyectos en el casco antiguo enfocados a este tipo de turismo con pocas habitaciones, emplazados en el casco histórico y que buscan una buena situación geográfica y un trato más personalizado.
El proyecto más avanzado es el Argantonio -en la calle del mismo nombre-, un hotel de dos estrellas que dispondrá de 15 habitaciones repartidas en tres plantas. El establecimiento, a pesar de que ha tenido que retrasar su inauguración, abrirá sus puertas en la última quincena de junio, según anunciaron sus propietarios. Además de problemas de última hora con los que se ha topado la empresa constructora, la normativa municipal les ha obligado a eliminar los cables de luz de la fachada, lo que ha motivado el retraso. El establecimiento tendrá un toque oriental con el que tratará de cautivar a clientes que buscan algo más que modernidad y confort.
No muy lejos de la calle Argantonio está el solar situado entre Cobos y Villalobos, a pocos metros de la plaza de la Catedral. Allí se construirá un hotel que en principio pretende comenzar a funcionar en agosto de 2007. Las obras están paradas desde hace cerca de tres meses, pero los propietarios, la promotora Bragaña S.L., pretende reanudarlas en 15 ó 20 días. «El problema ha sido el nivel del agua, que estaba a poco más de dos metros y no a cuatro, como nos había dicho la empresa que hizo la prospección», señaló Leandro López Bragaña. Superado este problema, los promotores esperan recuperar el tiempo perdido con el sistema constructivo elegido, «que es bastante efectivo», agregó.
El hotel dispondrá de 16 habitaciones (una de ellas preparada para minusválidos, tal y como exige la ley), además de las otras estancias habituales, como un bar y un saloncito. Tendrá internet en todas las habitaciones e instalación de energía solar térmica para obtener el agua caliente. En total serán cuatro pisos (tres más la planta baja).
Pese aunque aún no se ha abordado lo que se refiere al diseño del interior, López Bragaña indicó que «se tratará de darle el mayor encanto posible», tanto en cuestiones de mobiliario, como de detalles. Los propietarios también están gestionando otros servicios con los que contará el establecimiento en los alrededores: peluquería, aparcamientos, etcétera.
La inversión de esta empresa ronda el millón y medio de euros, informó Leandro López Bragaña, para quien Cádiz es una ciudad en la que merece la pena invertir.
Un tercer proyecto de pequeño establecimiento hotelero es el que pretenden abrir los dueños del restaurante La Catedral en el inmueble situado encima de esta cervecería. Se construirán 18 habitaciones, dotadas con todas las comodidades.
También puede entrar en esta categoría la rehabilitación de la Casa del Almirante, que albergará un hotel de cinco estrellas. Aunque las obras no estarán terminadas hasta dentro de dos años y medio -según los cálculos iniciales- se sabe ya que este establecimiento tendrá catalogación de «hotel con encanto» pero de lujo. Veinte habitaciones distribuidas a lo largo de cuatro plantas y el solarium con piscina en la azotea dan una idea de la exclusividad de este hotel enclavado en un edificio del siglo XVII de gran valor arquitectónico.