El pueblo que vio nacer a la voz más prodigiosa que ha tenido la canción española nunca, vive estos días pendiente de la evolución de la artista. De manera espontánea, como suele suceder en estos casos, el muro que rodea la casa de Rocío en su tierra natal se ha visto decorado por multitud de frases de cariño, apoyo y devoción. Nadie como los chipioneros está viviendo con tanto pesar el desarrollo de los acontecimientos. La fuerza de la cantante y quien sabe si las plegarias a la Virgen de Regla han hecho que su estado mejore levemente. Chipiona sueña con volver a ver a la más grande asomada al balcón de su casa en la procesión de la patrona, y a los chipioneros hay que reconocerles el ejemplo de serenidad que están dando en estos días difíciles.