Un barco cementero de bandera panameña naufragó la pasada madrugada entre las islas de Gran Canaria y Tenerife. Dos de sus tripulantes están desaparecidos y nueve fueron rescatados, entre ellos el capitán del buque.

El cementero había partido poco después de medianoche desde el puerto de Santa Cruz con destino a Las Palmas. La señal de posición del buque, que llevaba una carga de 2.200 toneladas de cemento, se perdió poco después de su partida. Según el testimonio recogido a varios de los supervivientes, poco después de hacerse a la mar se desató un temporal en la zona por la que navegaban. El viento levantó un oleaje que ocasionó un corrimiento de la carga y un golpe de mar volcó la embarcación. Al parecer, todo sucedió muy deprisa y los tripulantes se vieron sorprendidos mientras dormían. Según explicó el delegado del Gobierno, catedrático en Termodinámica y profesor de la Escuela Náutica, «la carga no era inerte, era cemento, y el cemento a granel se solidifica como una piedra y en media hora puede convertirse en un instrumento peligrosísimo que provoque el vuelco y el hundimiento del buque». Nueve tripuuelantes lograron saltar a las balsas de salvamento que llevaba el buque y salvaron así su vida. Otros dos, el primer oficial y el tercer maquinista del buque mercante, ambos son de origen ucraniano, desaparecieron entre las olas.