Manuel Gracia cerró la terna de representantes del Parlamento andaluz. No varió mucho su discurso previsto, pese a las alusiones directas del PP al PSOE-A y a su presidente, Manuel Chaves. Gracia comenzó su alocución con un recuerdo para el popular Javier Arenas que tuvo que ausentarse de forma urgente debido al fallecimiento de su padre.
Gracia reclamó respeto para Andalucía y pidió el voto favorable para la toma en consideración de su Estatuto: «Es una propuesta con la que gana Andalucía para que gane toda España», indicó. El respeto lo exigió porque Andalucía se ha convertido en una comunidad que está más allá de tópicos rancios a los que algunos recurren, dijo, para a ofender a los andaluces. El portavoz socialista dijo representar con orgullo al Parlamento de una comunidad donde, por ejemplo, radican tres de los cuatro proyectos de investigación con células madre que se realizan en la actualidad en España; se está convirtiendo en el tercer gran polo de la industria aeronáutica europea; y cuenta con los parques tecnológicos de Málaga y Sevilla o la de la agricultura almeriense. Gracia negó que la reforma obedezca a estrategias de partido y recordó que Manuel Chaves inició este debate en 2001.
La negativa del PP
Ni Gracia ni el PSOE tienen dudas: El PP nunca quiso la reforma del Estatuto y toda su estrategia se ha dirigido a retrasar el proceso, a frenarlo y a entorpecerlo. Los socialistas mantienen la puerta abierta al consenso, para que los cuatro grupos puedan reconocerse en el texto final resultante. La oferta, como en casos anteriores, tiene un único límite: No rebajar la ambición de más autogobienro y más derechos sociales. Eso sí, dio un toque de atención a los populares: «Nadie entenderán que quienes más hablan aquí de consenso, de división y de fracaso, voten en contra de la toma en consideración». En cualquier caso, recordó que el Estatuto ya está hecho, se hizo en el Parlamento de Andalucía, ahora es momento de mejorarlo.