El modus operandi de la red desmantelada consistía en hacerse con la droga en la costa andaluza, acopiarla en Málaga y transportarla al polígono La Negrilla de Alcalá. Allí y en otras naves de Sevilla se preparaba y envasaba al vacío en el centro de palés con folios para su envío a Inglaterra, mientras que en Badajoz blanqueaban el dinero del narcotráfico y habían adquirido numerosos locales y pisos. En Fuenlabrada (Madrid) mantenían una segunda línea de naves para más envíos al Reino Unido de esta organización delictiva, que además preparaba cambiar sus métodos de ocultación del hachís para meterlos en macetas, carátulas de vídeo y frutas. La Guardia Civil calcula que desde 2003 este entramado ha podido enviar por esta vía más de 200.000 kilos de hachís a Europa.